El sol ha brillado por su ausencia durante los primeros días del año. La provincia ha permanecido cubierta por la niebla durante 16 jornadas en lo que va de mes, por encima de su media habitual, situada en nueve días, según los datos facilitados por la delegación regional de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

El anterior máximo se experimentó en enero de 1995, cuando los zamoranos estuvieron 19 días sin ver el sol, aunque el récord histórico se produjo en 1944, con casi todo el primer mes del año bajo la niebla, que se prolongó 27 días. Otros de los periodos más largos en los que se ha extendido este fenómeno tuvieron lugar en diciembre. En concreto en dicho mes de1941, la provincia soportó 26 días sin luz solar, seguidos de los 25 registrados en diciembre de 1940. También se registraron 23 días de niebla en enero de 1964 y 21 jornadas tanto en el primer mes de 1989 como en 1993.

En todo caso, los datos de la delegación regional de la AEMET no detallan si el fenómeno se produjo en días consecutivos ni si se produjo durante la totalidad de la jornada o se limitó a unas horas.

La serie histórica revela que Zamora es la segunda provincia del territorio nacional en la que se producen nieblas con más frecuencia. La primera es Valladolid, con una media de once días sin ver el sol en enero, por encima de los nueve de la provincia zamorana. A la hora de buscar las razones por las que ambos territorios limítrofes concentran este fenómeno meteorológico con más frecuencia que otros puntos, hay que tener en cuenta tanto factores geográficos como meteorológicos.

«Zamora cumple las tres condiciones fundamentales para la generación de niebla», según explica el responsable de la delegación territorial de la AEMET, José Pablo Ortiz Galisteo. Entre estos factores se encuentran un elevado nivel de humedad por su ubicación en la cuenca del Duero, lo que se combina con las reducidas temperaturas que se producen en los meses invernales. «Si a eso sumamos la estabilidad meteorológica por la existencia de algún anticiclón, el resultado es un efecto tapadera que impide que las nubes suban hacia la atmósfera y se queden en contacto con el suelo», según expone el especialista. En este sentido recuerda que la niebla «no es más que la concentración de nubes bajas formadas por diminutas gotas de agua que como consecuencia de las bajas temperaturas se quedan en la superficie». Con ello, la provincia tiene el dudoso honor de contar con más días grises que otras zonas de España.