Aunque hace más de un año que miles de efectivos del ejército marroquí invadieron el campamento-protesta instalado en Agdaym Izik, a 15 kilómetros de El Aaiún, donde más de 30.000 saharauis se encontraban acampados para reclamar los territorios y una vida digna para la población, aún hoy 21 jóvenes siguen en la cárcel a causa de esos disturbios.

Así lo asegura Ali Elat desde el Sáhara Occidental, donde ahora, asegura, «las cosas están tranquilas de momento, pero siempre hay conflicto en las calles. Lo mas importante en este momento son las personas que están en la cárcel de Salé, en Marruecos, y que están en muy malas condiciones físicas y psicológicas por la huelga de hambre que están llevando a cabo desde hace más de un mes», explica.

La situación para los presos se presenta complicada, ya que según señalan sus compañeros, «no pueden juzgarlos porque no hay delito, pero tampoco quieren soltarlos, nos preguntamos dónde está la democracia y la justicia», se expresan abatidos.

La amenaza de la guerra planea sobre el territorio del Sáhara Occidental, una solución apoyada incluso por el Presidente de la Liga de Española Pro Derechos Humanos, Francisco José Alonso, que afirma que el Sáhara está legitimado para utilizar la fuerza armada para conseguir su autodeterminación.