El pintor Jesús Manasa expone hasta el próximo día 8 en La Alhóndiga una retrospectiva de su hacer pictórico. Licenciado en Bellas Artes en Barcelona, durante más de 20 años ha sido docente del IES Claudio Moyano, labor que ha compatibilizado con la realización de más de 50 muestras individuales y colectivas. Ha efectuado distintos murales para templos en la zona de Urgel, en Lérida, en San Boi, en Barcelona, así como en la parroquia de Lourdes de la capital, entre otros.

-¿Cómo surge la muestra «Recorrido impresionista por Zamora. 1990-2011»?

-Se trata de una retrospectiva para hacer un recorrido por mi obra, efectuar un parón y volver a hacer algo que ya he hecho en mi trayectoria que es una experimentación plástica. Los cuadros que presento en La Alhóndiga son una visión atmosférica que cualquiera puede identificar en el espacio e incluso en el tiempo, dado que unos son más primaverales, mientras que otros son más otoñales... Incluso hay obras plasmadas en varios momentos, por lo se ve la evolución pictórica y también arquitectónica. Así el Castillo está pintado en el año 2002 y en 2007, lo que brinda que se perciba la evolución que ha sufrido. Es un testimonio geográfico vivo. La muestra la conforman 38 obras, entre los más de 300 cuadros que tengo. Algunos de ellos se han expuesto alguna vez, otros los tengo en depósito y otros los han cedido particulares.

-Exhibe muchas obras centradas en el Románico zamorano.

-Sí por mi interés por este estilo que se materializó en mi tesis doctoral donde abordé «El rostro en el Románico». También hay obras de la zona de Sanabria, debido a mis estancias en esa comarca. Mi vida la puedo repasar mirando cada uno de las obras. Pinto en el lugar con el caballete y la paleta, por lo que me acuerdo de pequeños detalles del día de su creación. Incluso he ido a Sanabria para pintar, se puso a llover y finalmente pinté bajo la lluvia captando el paisaje con otra luz.

-Usted ha creado murales para distintos templos. ¿Con qué tipo de manifestación artística se encuentra más cómodo?

-Se trata de pinturas de raíces románicas y bizantinas porque pintas la esencia de lo que se va a transmitir. Es pintura religiosa. Me siento más cómodo haciendo murales. Expresar los sentimientos en grandes superficies me gusta mucho.

-¿En qué proyectos está trabajando ahora?

-Voy a volver a hacer una experimentación de tipo expresionista sincrético, en paisajes donde ahorraba detalles y unía la forma con el fondo, y de expresionismo onírico. También estoy haciendo muchas acuarelas, técnica con la que ilustré un libro de Francisco Rodríguez Pascual, quien tradujo al castellano moderno a Fray Juan Gil de Zamora. No tengo el deseo de exponer todavía estas obras, dado que hacía cinco años que no mostraba mis creaciones. El pintor si no expone parece que ya no crea. El mundo artístico es excesivamente comercial. La labor que antes hacían las obras sociales prácticamente ha desaparecido, por lo que trabajo a mi ritmo sin el apremio de hacer una exposición.

-Por su dilatada experiencia como docente, ¿cuesta ahora acercar la creación artística a los jóvenes?

-No. Es fácil hacerles comprender que debajo de cada símbolo hay unas raíces. En momentos de crisis de tipo económico hay que hurgar para ver que existe una pérdida de valores y como la pintura y el arte está dentro de este ámbito es el primero en caer. Estamos sufriendo las consecuencias de actuaciones políticas nefastas y les pediría a los políticos que repararan en la Constitución y daría un contenido más humano a su hacer.

-Alude a los valores. ¿La pintura, el arte en general, sería un mecanismo para recuperarlos?

-El arte es una parte de la persona que es la mitad de la existencia. Tenemos dos hemisferios cerebrales y a veces desarrollamos más el pragmático y matemático frente al creativo y artístico. El equilibrio es difícil de conseguir, pero no cabe duda de que puede ayudar. Para mí el arte es la expresión de un sentimiento que cuando hiere a los demás deja de ser ya arte. Puedo expresarme hasta no vapulear a los demás, pero hoy en día se admite todo como arte.