La detención de treinta y tres personas integrantes de una red nacional dedicada al robo de galgos en octubre de 2008, gracias a la investigación iniciada en la Comandancia de Zamora, que logró rescatar 38 canes de la provincia y 224 en otras nueve, ha procurado a la Guardia Civil de Zamora la entrega de un galardón durante los Premios Nacionales Galgos 2009, promovidos por la Federación Española. Con estas distinciones anuales se reconoce «la labor de instituciones y personas que han trabajado en pro del mundo del galgo», según precisa la Comandancia de Zamora.

El galardón fue recogido por el teniente coronel de la Comandancia, Antonio Rodríguez-Medel Nieto, quien estuvo acompañado por el capitán de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial, Jesús Suárez Paniagua. El encargado de entregar el premio fue el presidente de la Federación Española de Galgos, Carlos Sanz, en un acto que se desarrolló el 28 de febrero en el Auditorio del Palacio de Pedro I de Torrijos, en la provincia de Toledo, de donde procedían algunos de los once detenidos en su día por la Guardia Civil de Zamora en la Operación Clavijo, mientras que otros delincuentes eran madrileños, la mayoría conocidos de la policía y «con cierto grado de peligrosidad», informó en su día la Comandancia zamorana.

En las pesquisas, que se prolongaron durante más de un año y en las que participaron también agentes de la Benemérita de Cuenca, se efectuaron cuarenta y ocho registros en nueve provincias de todo el país, además de esclarecerse 260 delitos cometidos por la red, integrada por treinta y tres personas. A los seis meses de iniciada la investigación en Zamora fueron arrestadas en esta provincia, en noviembre de 2008, once integrantes de la red, procedentes de Madrid y Toledo, lo que permitió esclarecer el robo de 38 galgos, uno de ellos llamado Clavijo, semifinalista del Campeonato de España del 2007, nombre con el que se bautizó la operación. La organización había cometido sus fechorías en quince pueblos de la provincia.

La base de la organización delictiva estaba, sin embargo, en Madrid y Toledo, desde donde los ladrones se desplazaban a otras provincias, entre ellas Zamora, para robar galgos previamente seleccionados según sus cualidades para la caza o la competición. Si los animales no contaban con las condiciones esperadas, se les abandonaba o se les sacrificaba. A los que consideraban aptos para cumplir sus intereses les quitaban el microchip y les colocaban otros para simular su legalidad. Las frecuentes sustracciones de canes de esta raza en localidades de Zamora durante varias anualidades llevó a la Guardia Civil a iniciar la investigación, que permitió conocer que el modus operandi de la red consistente en desplazarse desde sus lugares de residencia a las comunidades autónomas de Castilla y León, Castilla-La Mancha y Madrid, donde localizaban a los galgos previamente ojeados en los campeonatos nacionales antes de proceder a su robo.