Palmas y sonidos aflamencados para imprimir el sello español en un proyecto europeo en el que la música zamorana tradicional, a rtimo de Bolero de Algodre, también tienen mucho que aportar.

El instituto «María de Molina» es el único representante español del programa de aprendizaje permanente «Comenius», en el que la música es usada como vehículo para que los estudiantes se familiaricen y entiendan las diferentes culturas y sus respectivas formas de vida. El título del proyecto, «We are one world writing, singing and dancing together», es ya en sí mismo una declaración de principios, una forma de evocar que el mundo es una sola alma cuando se unen las culturas y donde el racismo y la xenofobia se combaten alzando la voz en una misma dirección.

La música y las danzas populares zamoranas son parte fundamental en la elaboración de los contenidos

La clase de música ya no es lo que era, guitarras, trompetas, piano o batería forman parte de los instrumentos necesarios para crear la melodía y la letra de la canción que están componiendo ellos mismos. No son necesarias grandes dotes musicales para ser parte fundamental de este equipo de inquietos jóvenes, que sí cuentan con una buena dosis de imaginación y ganas de trabajar que aderezan con unas gotitas de ritmos propios. Una misma historia escrita de forma conjunta por turcos, alemanes, austriacos y españoles, es la base del proyecto musical que también cuenta con una parte de danza que los alumnos tienen que crear ellos mismos y una canción propia, con letra y música que los estudiantes del «María de Molina» llevan ya muy avanzada.

Los propios estudiantes han compuesto una canción que presentarán al resto de países

Alba García ha sido la encargada de componer la letra de la canción en inglés, que hace alusión a que «todos somos iguales, blancos y negros y aunque haya cosas que nos pueden molestar de los demás siempre hay una vía para la conciliación», explica la joven autora que reconoce que no es la primera vez que se aventura a dar forma a las palabras para ser entonadas micrófono en mano. Uno de sus compañeros, Raúl Madrid, se ha encargado de poner la música que arropa y acompaña la letra contra la discriminación racial.

Y si conseguir crear un musical con la coordinación de cuatro países no fuera suficiente mérito, el proyecto multidisciplinar también contempla el estudio, análisis y documentación sobre la tradición musical propia de cada zona, en el caso del «María de Molina», de las características culturales zamoranas, música, danzas y estilos que los estudiantes recopilan y envían vía Internet a sus compañeros europeos para que se nutran de los conocimientos que a sus compañeros españoles les resultan tan conocidos.

Las vídeoconferencias y los programas para comunicarse a través de la Web son la vía fundamental de conexión entre los cuatro centros escolares, cada uno con una realidad distinta que hace que la mezcla convierta el programa en un eficaz medio de conocimiento de otras realidades, «a las que tienen que aprender a respetar, valorar y que les ayudan a crecer como ciudadanos del mundo», señalan las profesoras coordinadoras, Esther García y Rocío Ferrero, que hacen hincapié sobre los beneficios que aporta el proyecto sobre otras disciplinas. «Además de la parte musical se pretende mejorar la lectura, el lenguaje y las habilidades escritas así como crear interés y curiosidad por otros países y otras lenguas», destacan las docentes que forman parte del grupo de cuatro profesores que se encargan en el «María de Molina» de que el proyecto cumpla los requisitos europeos y los plazos establecidos, además de servir de guías para los músicos principiantes.

«Miraba sin ver por la ventanilla de atrás del autobús, esperando que algo o alguien me sacara de aquel lugar al que yo no quería ir; no quería tener clase durante el verano, y menos aún clases de guitarra». Así comienza el primer capítulo de la historia que han inventado los alumnos del «María de Molina» y que se encargarán de completar el resto de estudiantes participantes de Europa, que ya están elaborando la continuación al relato español. Cómo discurrirá la historia será, gracias a ello, fruto de una mezcla internacional de ideas, gustos, paisajes y creencias.

El relato, sobre la integración de una española humilde en un campamento multiétnico musical, servirá además de base para la grabación de un cortometraje que dará una nueva dimensión a la historia, su irrupción en el séptimo arte.

Los jóvenes de España junto a los germanos se encargarán de elaborar un libro con el resultado del proyecto

Los viajes y el material necesario para las actividades están financiados por una subvención europea

Aunque son muchos los alumnos de 3º y 4º de la E.S.O y 1º de Bachillerato los que participan en el proyecto, sólo 16 de ellos serán los afortunados de realizar los intercambios culturales viajando al resto de países que forman parte del programa. Del 19 al 28 marzo cuatro profesores se encarcargarán de llevar hasta la ciudad de Burdur, en Turquía, a los alumnos que viajarán al país europeo para ensayar la parte coreográfica del musical. Allí los estudiantes asistirán a clase con sus «colegas» turcos y conocerán su forma de trabajar, los recursos de los que disponen y la forma que tienen de aprovecharlos.

Zamora también será anfitriona de los alumnos extranjeros. Del 1 al 8 de marzo llegarán a la capital para nutrirse de la cultura española de la mano de los estudiantes del «María de Molina» y sus profesores.

El programa «Comenius» se encarga de repartir las tareas necesarias para que el proyecto salga adelante. En el caso del instituto que representa a España, el «María de Molina» tiene que ocuparse de la evaluación del proyecto junto a Turquía y en colaboración con Alemania serán los responsables de realizar el libro final que muestre los resultados y logros de los intercambios culturales.

Viajes, estancias y materiales para llevar a cabo la actividad se financian a través de una subvención europea que hace posible estos intercambios sin necesidad de que las familias asuman ningún coste.

Como en el chiste que implica a un español, un turco, un alemán y un austriaco, pero con más seriedad, proyección de futuro y riqueza cultural. Eso sí, los buenos ratos, las risas y las amistades, seguro que no faltarán.