«No nos creemos lo que ha ocurrido. No sabemos cómo reaccionar, era un compañero inolvidable, nos gustaría que estuviera hoy aquí». La voz del bombero José María Gutiérrez fue describiendo al compañero y al amigo, a la «bellísima persona que era» y cuya muerte «nos ha dejado destrozados». Luis Angel Puente Román «siempre estaba dispuesto para ayudarte, compañero inolvidable y verdadero profesional», siempre al tanto de las últimas técnicas para ejercer como bombero. Tal es así, que organizó un curso para el rescate en cuevas con agua en la provincia de León, en Valporquero, reseñaba ayer el concejal de Protección Ciudadana, Francisco Javier González, que destacó la entrega del bombero de 39 años fallecido tras once de ejercicio.

Era «alegre y dicharachero, siempre tenía una broma en el cambio de turno». Y una afición y vocación: el dibujo. Muchos de sus compañeros y amigos han comprobado la habilidad de este zamorano de adopción (nació en Asturias, donde vivió hasta los diez años) para transformar sus rostros en una buena caricatura. Los participantes en el rodaje de la película "Celda 211", donde actuó de extra, pudieron constatar la maestría de su lápiz: inmortalizó a algunos en sus dibujos. Su arte convenció: «estaba muy ilusionado porque les gustó su trabajo y había posibilidades de que le encargasen algo en Barcelona», comenta un amigo. En su haber tenía «varios premios por la elaboración de cómics, siempre le ha encantado dibujar», añade Javier Yáñez. Tiene un largo currículum de participación en concursos de esa especialidad, carteles e ilustraciones. Entre ellos participó en el Injuve. La escultura era otra de sus pasiones, de hecho, realizó decorados para grupos de teatro, en los que participó activamente.

Javier Yáñez, que acaba de perder a su mejor amigo, llora a un Luis Angel esencialmente «buena persona, muy activo», que comenzó a trabajar como monitor de tiempo libre. «En los campamentos de Sanabria», recuerda una mujer que acudió al salón de plenos del Ayuntamiento para dar el pésame a la familia. Colaboró con la Asociación Benito Pellitero, donde dio clases de dibujo en las aulas de la Tercera Edad. Este diplomado en Dibujo Publicitario por la Escuela de Artes y Oficios de Zamora permaneció estrechamente vinculado a esa disciplina como profesor de dibujo ("con cariño tus niños de dibujo", rezaba un ramo de flores) y en los talleres de colegios (otro centro era del Medalla Milagrosa). Esa intensa actividad y su personalidad explican que el Ayuntamiento y la iglesia de San Torcuato se quedaran ayer pequeños para acoger a los que querían despedirle.