- Expone 36 obras, que recogen monumentos y paisajes, aceñas y castaños milenarios, calles y portadas, ríos y puentes, iglesias y castillos, de la capital y de la provincia. Y predomina el impresionismo.

- Mi pintura es de tipo visual. Los ojos del artista plasman lo que ven, y se deja que el espectador, por efecto de la óptica, complete la obra.

- ¿Y el impresionismo no idealiza un poco?

- No. Se mete en el ambiente. Ve los objetos en su entorno. Todo se relaciona. Es una imagen global. No dibuja palmo a palmo, sino todo a la vez. El secreto está ahí: en dibujar y pintar, al mismo tiempo, lo que uno ve. Físicamente, parece imposible. Sin embargo, puede conseguirse a través de ese tratamiento.

- Esas pinturas, realizadas entre 1999 y 2005, están hechas al natural. Porque usted quiere atrapar la atmósfera del momento. Y algunas constituyen testimonios, documentos. Recogen lo que fue, pero ya no existe.

- Es un reportaje, sí. El pintor capta rincones, aspectos cambiantes. La transformación, aunque es imperceptible, resulta constante. A veces, parece brusca, y se produce en un corto periodo. Ese es el caso de algunos rincones de la ciudad, que han cambiado en escaso tiempo. Así, la visión que se ofrece en los cuadros ya no se volverá a dar. Al menos, desde la perspectiva en que fueron captados.

- En 1999, usted realizó los retratos psicológicos de los candidatos que concurrían a la Alcaldía de la capital, iniciativa pionera que no ha tenido continuidad.

- Fue, digamos, una inspiración, un meterse en el momento ciudadano. Me pareció algo interesante. Se trataba de personajes que marcaban, unos más y otros menos, un momento histórico. Posteriormente, realicé una serie sobre personajes conocidos, algunos relacionados con la cerámica, y que pueden constituir testimonios, en épocas posteriores, de momentos en los que se realizó algo interesante en la ciudad.

- ¿No hay que renovar el realismo?

- No. En pintura, todo está hecho. Y el secreto se halla en ser fiel a lo que uno es o quiere transmitir. El problema del realismo, hoy, está envuelto en la misma realidad social. Se han roto muchas raíces y, en su búsqueda, pudiera ser que una de ellas fuera el realismo. Hay que sentarse y preguntarse, nuevamente, qué es la persona y cómo puede verse a sí misma y reflejar lo que percibe.

- ¿El artista figurativo mira con exceso al pasado?

- No mira al pasada. Esta es una sociedad que desea tenerlo todo de una manera inmediata. Mirar al pasado para copiar es más fácil que ir a las fuentes en las que bebieron aquellos pintores realistas. Velázquez o Antonio López tienen los mismos secretos, que son éstos: ver el claroscuro y conocer la mezcla de colores. Los impresionistas nos dieron el análisis de los colores, que es la complementariedad. Velázquez, que es realista, hace impresionismo. Y los impresionistas realizan un realismo figurativo, aunque suavizado. El hombre actual no tiene paciencia para volver a realizar lo hecho por otros, con esfuerzo, con tiempo, y se dedica a copiar. Así es su regreso al pasado.

- ¿Y las facultades de Bellas Artes...ahora?

- No es una frase mía, sino de otros: "les falta cocina". No dedican tiempo a experimentar con los colores y a hacer realismo. Si estamos metidos en la realidad... Pero si nos sumergimos en lo onírico, en las divagaciones fáciles y en el placer inmediato... Hacemos realismo porque estamos en una realidad.

- ¿Las nuevas tecnologías arrinconarán a la pintura?

- Yo creo que las nuevas tecnologías favorecen el poder expresivo del ser humano. No debe existir una lucha. Y, si hay sinceridad, se pueden enriquecer mutuamente.

- Si tuviese que regalarle un cuadro a Rodríguez Zapatero, ¿qué le regalaría?

- Un cuadro minimalista. Muy sencillo, que diga mucho en pocas pinceladas. Por ejemplo, un cuadro abstracto donde estuvieran los tres colores primarios.

- ¿Y al Papa?

- Un icono de Jesucristo. Porque es una imagen que le gustaría tener. O, al menos, contemplar.

- ¿Qué piensa un leridano, con larga residencia en Zamora, del "Estatut"?

- Distingo dos partes. La primera: el origen, que nadie me lo podrá quitar, y la lengua, que es un valor. El otro: el aspecto político. En éste, hay zonas donde se tiende a la disgregación y al enfrentamiento. Todo lo que suponga tal cosa es negativo. Sea en la política, en la existencia familiar, en la vida ciudadana. Creo que no se ha llevado bien el proceso, y habría que volver empezar desde la sinceridad y desde la universalidad. Nunca desde la disgregación. Si en una familia, unos están contra otros...malo. Pero si uno ya no sabe ni qué es una familia, ni qué es una nación... Se han perdido raíces.

- Juega el Barça en Zamora. ¿Que gane el mejor?

- Yo creo que el Zamora ya ha ganado. Todos estamos más contentos. Que no haya lesiones y la gente se lo tome deportivamente.