No pudo ser, y el Zamora CF no pudo cerrar su ciclo de amistosos de la pretemporada con victoria ni levantar "su" trofeo, del que es anfitrión, y que en esta ocasión viajó a Burgos de forma merecida. Lo cierto es que el equipo rival fue superior en el cómputo global del encuentro disputado ayer en el Ruta de la Plata y, aunque sí es cierto que los de Miguel Losada mejoraron tras el descanso, acusaron falta de mordiente ante un rival de Segunda División B. Es cierto que el equipo contaba con ausencias en sus filas en la parte ofensiva como eran las de Caramelo y Viti, además de la del lateral Álvaro de la Iglesia, y les costó llegar a área pequeña para anotar tan solo dos ocasiones de mérito en el ataque, sobre todo la de Iñaki Equileor en los compases finales que cerca estuvo de maquillar el resultado final (3-0).

No obstante, lo importante en estos casos es ajustar y ver la evolución de los jugadores y es que ayer en el estadio también se pudo ver al recién llegado Raly Cabral. El partido tuvo un inicio más o menos previsto con un Burgos que se hizo rápido con el dominio de balón y con ocasiones que se inauguraron con un remate de espuela, a la salida de un córner obra de Fito. Los visitantes, que contaban en sus filas con el zamorano Carlos Ramos (que volvía a pisar el Ruta de la Plata seis años después) y con los exrojiblancos Álvaro Montero y Ramiro Mayor, que tan buenos recuerdos dejaron en su día, dominaron desde el primer instante sobre el césped, y Adrián tuvo una magnífica ocasión de plasmar ese hecho en el marcador con un disparo a bocajarro en el borde del área que se fue alto.

Enfrente, el Zamora CF empleaba sus fuerzas en defenderse, con una gran intervención de Miguel bajo los palos que salvó un gol de Uxio que pareció claro, y se valía de balones largos para tratar de sumar metros aunque sin opciones reales de cara a portería y es que Aurreko estaba pasando una tarde bastante plácida.

Los visitantes acumularon nuevas oportunidades de adelantarse, de nuevo con Uxio y Adrián como protagonistas, y es que la diferencia de categoría se notaba en el fútbol del que pudieron disfrutar los alrededor de trescientos asistentes, al igual del hecho de que a estas alturas de pretemporada todavía hay mucho que probar y ajustar antes de que comience lo verdaderamente importante. El goteo de ocasiones rivales era constante en esta primera mitad con un Burgos que volvió a rozar la diana con un nuevo cabezazo que se estrelló con el larguero.

Para ver la primera aproximación de los zamoranos hubo que esperar al minuto 44 con un disparo muy desviado de Sopale, tras un pase de Juanan. Esta acción tuvo una respuesta letal cuando Adrián recuperó su olfato goleador para poner por delante a los suyos con un magnífico remate tras un centro desde la izquierda. Sin tiempo para más, ambos equipos enfilaron vestuarios en busca de nuevas probaturas y suma de minutos.

Con el segundo tiempo arrancó el carrusel de cambios en ambos banquillos y es que más allá de levantar el trofeo lo que buscaban los entrenadores era dar minutos a los suyos en busca de la máxima conjugación. La reanudación fue más positiva para el Zamora CF que se mostraba mucho más certero en sus pases y avanzó líneas para disputar y arrebatar la posesión a los de Paco Fernández. Mejor sobre el césped, aunque con ausencia de mordiente, era necesario dar un paso más para levantar ese Ciudad de Zamora que estaba el juego aunque en los últimos metros volvían las dificultades, mientras que el Burgos quiso aprovechar la primera de este segundo tiempo. Fue Fito, tras una falta lateral, quien remató de cabeza en el segundo palo para superar a Tomy que en el minuto 71 ya llevaba tiempo bajo los palos. Con el 0-2 todo parecía encarrilado para los visitantes que buscaron el tercero de la sentencia que tuvo Mario en una vaselina que se fue larga y que consiguió Jorge de falta directa, y sin casi ángulo, para poner el 3-0 que a la postre fue definitivo. Iñaki Eguileor pudo maquillar el resultado en una gran ocasión que el meta salvó de forma sensacional pero al final el trofeo se marcó a tierras burgalesas.