Llega la recta final de la temporada regular y a falta de nueve partidos (27 puntos) queda mucho por decidir en el Grupo VIII de la Tercera División en el que militan Zamora CF y GCE Villaralbo, primero y cuarto en la clasificación, respectivamente, y ambos tienen claros sus objetivos en estas jornadas que quedan por delante. Lo que también es una realidad es que los destinos de ambos equipos vuelven a cruzarse de forma indirecta puesto que zamoranos y villaralbinos pueden beneficiarse de los resultados del contrario, siempre con victorias de por medio.

Los rojiblancos no piensan en otra posibilidad que no sea la de quedar primeros, un puesto que ahora mismo ocupan con 66 puntos, y cinco de ventaja respecto a sus perseguidores, mientras que los azulones quieren disputar el play-off algo que ahora mismo, si la Liga terminase en este momento, conseguirían. Sin embargo, la temporada no ha acabado y por delante quedan dos meses de competición en los que cualquier error se puede pagar caro puesto que ninguno de los dos equipos de la provincia tiene cerrados sus retos, y es que el resto de aspirantes no va a facilitarles nada.

El Zamora CF, con 14 puntos de ventaja sobre el cuarto clasificado, tiene la confirmación de la fase de ascenso muy cerca aunque todavía queda para que ésta sea matemática. Segovianos y palentinos están al acecho de un tropiezo de los de Balta para dar caza al puesto de líder aunque sí es cierto que el calendario parece beneficiar, sobre el papel, a los capitalinos puesto que quedan enfrentamientos directos entre otros candidatos al título de los que los rojiblancos deben salir reforzados. Así, al equipo del Ruta de la Plata, que sí es cierto ha visto disminuido su potencial en las últimas semanas, le esperan cuatro partidos en feudo propio ante Bupolsa (9º), Numancia B (8º), Cebrereña (14º) y Cristo Atlético (18º), mientras que visitarán en estos últimos compases de campeonato al Mirandés B (16º), Villamuriel (12º), Becerril (20) y La Bañeza (5º y principal rival del Villaralbo) en lo que será el último encuentro de Liga y donde esperan llegar con los deberes ya hechos aunque aquí un triunfo zamorano beneficiaría también al GCE. En el cuerpo técnico también son conscientes de que en estas semanas se verán las caras con plantillas que ultimarán los recursos de salvación, algo que puede ser un arma de doble filo pero donde esperan que su calidad individual prevalezca. A cinco puntos de los zamoranos aparecen Segoviana y Palencia, que no descartan ni renuncian a ese primer puesto. Los del acueducto tienen enfrentamientos complicados ante equipos fuertes como es el GCE Villaralbo este próximo fin de semana, Palencia o Tordesillas, entre otros, donde saben que si ceden puntos puede pasarles factura. En el mismo punto están en el CD Palencia con enfrentamientos directos con Segoviana, Villaralbo o La Bañeza, y es que puede que el de los palentinos sea el calendario más complicado de todos, siempre sobre el papel.

Bajando una posición, en el cuarto puesto aparece de nuevo el Villaralbo, que asaltó la zona de play-off gracias a su triunfo del domingo ante La Bañeza, pero que ahora le toca defender, y no será fácil. Los azulones tienen desplazamientos complicados y en estas próximas semanas los de Carlos Tornadijo visitarán a la Gimnástica Segoviana (2º) y Palencia (3º) donde un triunfo eléctrico permitiría al Zamora ampliar su renta como líder. Además visitarán a Uxama (15º) y Santa Marta (17º), mientras que recibirán en el Fernández García al Burgos Promesas (11º), Almazán (13), Tordesillas (6º) y Bembibre (10). El principal rival de los azulones sigue siendo La Bañeza que todavía no renuncia a nada. Los leoneses jugarán cinco encuentros en casa frente a Santa Marta, Palencia, Virgen del Camino, Mirandés B y Zamora CF, que les visitará en la última jornada de competición y con el interés del GCE Villaralbo de que los rojiblancos tengan aún algo en juego para que vayan a por todas y de forma indirecta les pueda beneficiar a ellos. Mientras, los bañezanos visitarán a Tordesillas, Bembibre, Bupolsa y Numancia B, equipos que ya están sin prácticamente nada en juego. Así, se prevé un final de fiesta intenso y es que nadie se fía de la teoría porque esto es fútbol y todo puede pasar.