Alfonso Adeva es fútbol. Desayuna, come y cena fútbol. O está en los campos de entrenamiento, o viendo a la cantera del Madrid por la tele o escribiendo sobre el deporte rey en las redes sociales. Alfonso tiene 31 años, lleva casi cinco al frente del Athletic Toresano y habla de sus jugadores más como un hermano mayor que como un presidente. Adeva repite "formar a personas" como Julio Anguita repetía "programa, programa y programa", junto a él repasamos la refundación de un club histórico como es el que preside:

-El próximo mes de julio el club cumple su quinto aniversario, ¿qué valoración hace de estos primeros años?

-Realmente positiva. Teniendo en cuenta de que somos un club con pocos recursos, considero que lo logrado hasta ahora denota que estamos en el buen camino. Nos gustaría que los niños no tuvieran que pagar cuotas por jugar al fútbol, pero ahora mismo esa opción es inviable. De momento seguimos centrándonos en la formación de los chavales como deportistas y, sobre todo, como personas; que es nuestro principal objetivo desde la fundación del club

-Esta nueva aventura tiene un pasado: ¿qué fue del antiguo Athletic?

-Ahora parece que está algo lejos en el tiempo, pero la realidad es que cualquiera que haya nacido en la década de los 80 recuerda aquel equipo que jugaba en el campo de Santo Domingo antes de la refundación de la Unión Deportiva Toresana. Hasta el momento no disponemos de mucha información sobre su historia, la cual vive más de los recuerdos orales que de documentos. Tenemos recortes de periódicos, alguna foto y una equipación, pero seguimos recabando objetos y recuerdos para hacer un pequeño museo en la sede actual para rememorar nuestro pasado.

-¿Es la nostalgia lo que lleva a refundar el club o son otras las razones que llevan a esta decisión?

-Lamentablemente fueron otras las razones. En la temporada 2011-2012 llega un nuevo presidente a la Unión Deportiva Toresana y con él aparecen una serie de desavenencias entre algunos miembros de la directiva, entre ellos yo mismo. La situación se enquista y decido dejar la institución, también personas como Jesús de la Iglesia "Susi", el que ahora es nuestro tesorero, abandonan el club. En esos años yo entrenaba a un equipo de cadetes que llevaban juntos desde benjamines, los padres tuvieron la idea de montar un club y una vez que vimos que era viable económicamente nos decidimos por este nuevo proyecto. Pensamos: "De crear un nuevo club, refundamos el Athletic Toresano". En seguida nos volvimos con otro dos equipos, uno alevín y otro juvenil. Muchos chavales de la U.D.T. se pasaron a nuestro club, quizás porque nosotros priorizamos la formación personal por encima de la calidad.

-¿Hay una gran rivalidad con la U.D.T.?

-A nivel institucional las relaciones siguen siendo complicadas, en parte porque no entendemos muchas veces su forma de actuar y los modales que han desplegado a la hora de organizar los horarios de los campos de entrenamiento, por ejemplo. A nivel deportivo la realidad es bien distinta, los chavales son amigos y tanto los de un club, como los del otro, salen juntos de fiesta y son miembros de la misma peña. Eso es lo mejor, que los jugadores tienen buenas relaciones y se tratan con respeto.

-¿Han cumplido los objetivos que se propusieron?

-Sin duda. Empezamos con la intención de formar un equipo, salieron tres y ahora somos cuatro. En menos de cinco años tenemos a 70 jugadores, 11 entrenadores titulados y un acuerdo para ser filial del Zamora que les permita a los jugadores una salida. Además, en nuestra cantera se han formado jugadores como Marcos Seco, que ha llegado a debutar en tercera división.

-¿Cuáles son las nuevas metas a alcanzar?

-Seguir siendo una familia, consultar todo con los padres de los niños y mantener nuestra filosofía. Somos un club humilde, pero nos encantaría que los chavales no tuvieran que pagar dinero por jugar al fútbol, más en estos tiempos que corren tan complicados en cuestiones económicas para las familias. Como siempre decimos, lo primero es que de aquí salgan personas con valores. Nosotros no descartamos a ningún chaval, todos son bienvenidos para que aprendan un deporte y se desarrollen con sus compañeros. Nuestra mayor recompensa es que los jugadores y nosotros sigamos divirtiéndonos juntos.

-¿Cuáles han sido las principales dificultades hasta llegar aquí?

-Destacaría los primeros meses o la precaria situación económica, pero la verdad es que el mayor golpe nos lo hemos llevado hace apenas unos días con la muerte del señor Jesús, el padre de nuestro tesorero. Cualquiera de Toro conocía a este hombre y todo lo que hizo por el deporte toresano. Mi principal recuerdo es cuando le ayudaba con 12 años a poner las líneas en el antiguo campo de Santo Domingo. Toda la vida tirando de la máquina de cal de forma altruista. Cuando fundamos el club lo hicimos socio de honor y ahora lo despedimos como a un gran valedor del fútbol de la tierra.

-¿Cuántos socios tiene el Athletic Toresano?

-Tenemos un total de 500 abonados. Pero la verdad es que esta temporada en curso no pagan. Realmente, hemos impulsado el carné de socios gratuito para incentivar la asistencia al campo de Tagarabuena. Desde que no está el campo de Santo Domingo, que se encontraba en la mitad de la ciudad, se ha perdido bastante afición. En parte porque los accesos al nuevo campo son complicados, no están iluminados y el sendero no está asfaltado. Además, como hay que cruzar la carretera mucho padres no se encuentran tranquilos con que los niños puedan acercarse andando.

-Ahora que los socios no pagan, ¿cuáles son vuestras fuentes de financiación?

Patrocinadores y subvenciones. Aunque cada día las subvenciones son menores y no muy equilibradas. Precisamente tuvimos una polémica desde el Athletic Toresano porque en el torneo de las Edades del Hombre organizado por la Unión Deportiva Toresana fueron subvencionados con 3.000 euros desde la Diputación Provincial, cuando a nosotros ni si quiera nos han dado unas tristes camisetas que llevábamos pidiendo más de un mes para nuestro torneo Navideño. Si llegamos a recibir 3.000 euros te traigo a la cantera del Atlético de Madrid (afirma jocosamente Alfonso Adeva).

-¿Qué es lo mejor y lo peor de ser presidente de este club?

-Lo peor son los disgustos que se lleva uno. Además, llevo bastante mal estar lejos de los banquillos; aunque quito el mono cuando alguno de nuestros entrenadores no puede estar por motivos laborales. Lo mejor es que ahora propongo cosas, tengo ideas y se llevan a cabo. En mi anterior club planteaba multitud de iniciativas, pero nunca se llevaban a cabo. Por supuesto, la confianza y el respeto de los chavales es algo que me llena de orgullo. Me consultan cosas de fútbol, pero también problemas familiares e incluso temas de chicas. Esto es lo que me hace feliz y me ayuda a seguir con este proyecto. Estamos haciendo las cosas bien.