La Ronda de Capuchinos se convirtió ayer en una pista de carreras para acoger una nueva edición del concurso de autoslocos de las fiestas de San Agustín de Toro, al que tan solo concurrieron tres vehículos de manufactura artesanal y que provocaron la admiración del numeroso público que siguió de cerca la vibrante competición. Para que toresanos y visitantes pudieran admirar cada detalle de los logrados automóviles y para que los conductores pudieran reconocer el circuito, "El tractor de los fresquitos", el dos caballos que emuló "El amor y la paz de Mateo" y el coche de Barbie y sus amigos, realizaron un primer pase de exhibición. Posteriormente, los coches se prepararon para la competición en la que la organización valoró la rapidez con la que completaron el circuito urbano.

En primer lugar, tomó la salida el dos caballos de color azul que realizó el recorrido en un tiempo de 42 segundos. A corta distancia se quedó el coche de color rosa de Barbie y sus amigos que, en meta, hizo un tiempo de 41 segundos. El tercer vehículo, un logrado tractor elaborado por la peña "Los fresquitos" compitió en tercer lugar, pero consiguió el mejor tiempo de todos los participantes, 32 segundos. Tras hacer pública la marca de los tres participantes, la organización de la carrera entregó un premio de 100 euros a "El tractor de los fresquitos" por completar el recorrido por el circuito urbano con la mejor marca.

Una vez concluida la vibrante carrera de autoslocos, comenzaron otras pruebas organizadas con motivo de la celebración del "Día de los niños", pruebas como la de ciclismo en la que los participantes fueron subdivididos en dos categorías: niños menores de cinco años y mayores de esa edad.

La primera carrera consistió en completar el recorrido en el menor tiempo posible, mientras que en la segunda los ciclistas tuvieron que demostrar su destreza y su equilibrio para cruzar la meta en último lugar, en una carrera lenta de bicis. La fiesta prosiguió en la Ronda de Capuchinos durante toda la mañana en la que los pequeños pudieron disfrutar de otros juegos como la carrera de sacos, los globos de agua o el huevo y la cuchara.

El broche de oro a esta animada jornada fue una fiesta de la espuma de la que disfrutaron muchos niños y que sirvió para aliviar el sofocante calor que marcó el desarrollo de las competiciones y de los juegos celebrados en la Ronda de Capuchinos. Mientras los niños se divertían, los más mayores degustaron un sabroso vermú en los bares de la zona que patrocinaron las actividades celebradas. Ya por la tarde, los pequeños siguieron de fiesta en los hinchables instalados en la plaza de San Francisco.