Tagarabuena celebró ayer, domingo 7 de febrero, la festividad de Santa Águeda, fiesta que salió a la calle gracias al buen ánimo de las 17 integrantes del grupo de Águedas de este barrio toresano. En principio, como comienzo de la jornada, todas las Águedas fueron juntas a buscar a su casa a la Mayordoma Pequeña, Dulce María Díez, para después acercarse todas a buscar a la Mayordoma Mayor, Sacramento Alonso.

Tras haberse reunido las 17 mujeres en casa de la Mayordoma Pequeña, y de haber compartido allí unas pastas y un refresco, se desplazaron hasta la iglesia de San Juan Bautista, donde el párroco local Ángel Carretero ofició la misa en honor de Santa Águeda. En su homilía se dirigió a los presentes, con una referencia especial a las Águedas, para recomendarles que siguieran el ejemplo de la Santa homenajeada, quien «siempre se puso en manos de Dios», afrontando los sufrimientos que padeció «con alegría y valentía». Aseguró que los malos momentos que hay que pasar «son pruebas, y si las sabemos encajar, nos sirven para crecer», por lo que recordó a los asistentes las palabras de Jesús, «no tengáis miedo», invitándoles a mostrar «fuerza, valentía y serenidad» frente a las dificultades. Por otra parte, también se recordó a las Águedas que ya no están, por quienes esta semana se oficiará una misa.

Terminado el acto religioso tuvo lugar una pequeña procesión, durante la cual la imagen de Santa Águeda recorrió varias calles hasta regresar a la iglesia. Un par de días antes habían vestido a la Santa, preparándola así para procesionar, según explicó la concejal de Tagarabuena, Angelina Conde, quien asistió a la celebración junto con la concejal de Cultura, Mª Canto Marcos. Como fin de fiesta, las Águedas se animaron a echar unos bailes en la Plaza, para después acercarse hasta Toro, donde disfrutaron de una comida.

Cabe destacar que todas las Águedas lucieron sus mejores galas de fiesta, con los trajes típicos, mantones de Manila, aderezos antiguos... Así, como curiosidad, una de ellas portaba un aderezo muy antiguo realizado con aljófares, y la Mayordoma Mayor, Sacramento Alonso, vistió para la ocasión el vestido de novia de su abuela.

En cuanto a la motivación para celebrar esta fiesta, la Mayordoma Pequeña, Dulce Mª Díez, reconoció que su inclusión en este grupo se debe a que tanto su abuela como su madre también pertenecían a él. Además, confesó que se sentía «muy orgullosa de llevar la vara de Santa Águeda», sobre todo porque «tengo mucha fe en ella». Aunque este orgullo y esta fe son comunes a todas las Águedas, y así lo confirmó Presentación Lorenzo, quien también se mostró «muy orgullosa de pertenecer a la Cofradía de Santa Águeda», a la que también pertenecieron su bisabuelos, sus abuelos y sus padres.