Mi admirado Torres Colomer que fue alcalde de Ribeira, su pueblo, por más de 20 años y es una gran referencia para las gentes del mar como capitán de la Marina Mercante, dice que para hacer frente a la tempestad hacen falta tres cosas: un capitán experimentado y tranquilo al frente del buque, una tripulación disciplinada y leal y la ayuda de la providencia.

Hoy, quien agita la mar, quien provoca la tempestad son los vientos de la Posverdad. Este neologismo que la RAE acaba de incorporar al diccionario de la Lengua Española y que define como: "La distorsión deliberada de una realidad que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública".

Utilizan la posverdad quienes, habiendo congelado las pensiones, incitan a los pensionistas a salir a las calles. Quienes pusieron en riesgo todo el sistema de bienestar, incluidas las pensiones y ahora crean la zozobra por el futuro de las mismas.

Utilizan la posverdad quienes bajaron el sueldo de los funcionarios públicos y ahora les incitan a la protesta y la algarada.

Utilizan la posverdad quienes hablan de "partidos nuevos" pero en sus filas y en puestos bien destacados, presentan a personas que han transitado sin éxito por varios de los que denominan "viejos partidos".

Utilizan la posverdad quienes llenan su boca de palabras de libertad y democracia pero otorgan, con un silencio cómplice, apoyo a las dictaduras más sanguinarias.

Utilizan la posverdad quienes quieren que olvidemos el precipicio en el que dejaron a España hace solo 6 años y se niegan a aceptar la senda de recuperación que hemos emprendido.

Y es que, aunque la palabra posverdad sea nueva, el concepto que define es bien antiguo: los populismos y los nacionalismos han recurrido siempre a la manipulación de la verdad para agradar los oídos de quienes escuchan.

A ello recurrió Goebbels para ganar la voluntad de los alemanes en favor de Hitler. A ello recurrieron los comunistas para convertir al Che Guevara en ídolo de la juventud. Cuando los jóvenes compraban camisetas o posters del Ché, imaginaban al líder revolucionario que dio su vida en la lucha contra la injusticia pero nadie les dice que su revolución ayudó a instalar la dictadura que desde hace más de 50 años oprime al pueblo cubano, ni les hablan de los fusilamientos que, bajo su orden, se produjeron.

Más recientes son las consecuencias de slogans como "España nos roba" que utilizaron los independentistas para ganar la voluntad de la mitad de los catalanes, o el de los partidarios del Brexit al afirmar que el Reino Unido ahorraría 50 millones de libras cada día si salía de Unión Europea.

Ninguna de estas afirmaciones era cierta, ni se apoyaba en datos constatables, pero agradó el oído de quienes lo escucharon, movían sus emociones y surtieron su efecto. Luego cuando la realidad evidenció su falsedad era ya demasiado tarde.

Para enfrentar el vendaval que está originando la posverdad además de las recomendaciones de mi buen amigo Torres Colomer, no está de más recordar a Saturio: "Los objetivos importantes nunca son fáciles, pero la perseverancia y la tenacidad son los mejores medios para alcanzarlos".