Cara felicitación de navidades y año nuevo la que supone el anuncio de que Telefonica sube el recibo de su tarifa más popular, la de internet y televisión, cinco euros más al mes, desde febrero.Y no es la primera vez sino, al menos, la segunda pues ya hizo antes lo mismo por estas fechas como una especie de aguinaldo pero a la inversa. Un incremento rotundo, decidido de forma unilateral, y el que no lo quiera que cierre la puerta al salir, aunque las demás compañías operadoras suelen hacer lo mismo y apuntarse al alza. A cambio, se ofrece, se vuelve a ofrecer, humo, supuestas ventajas técnicas que casi nadie percibe, pues la conexión a la red sigue siendo ademas de la más cara de Europa una de las peores e incompletas, sin que el Gobierno que se supone que debiera velar por los intereses de la población se preocupe lo más mínimo por el asunto. Sube el teléfono, la televisión, la luz y todo pero lo que no suben o suben muy poco o nada son los sueldos y las pensiones.

Tan pobre es la red de comunicaciones por internet, debido a la orografía del país o a la que sea, que se cuentan por miles los pueblos y los hogares en la sombra, carentes de este servicio y que o se quedan sin su disfrute o tienen que recurrir a sistemas alternativos, como la vía satélite, más caros y de peores resultados en cuanto a calidad. Castilla y León es después de Galicia la comunidad peor dotada en este sentido. Los dirigentes de la Junta que lleva dos décadas gobernando ininterrumpidamente la región anunciaron a bomba y platillo hace ahora un par de años que en 2018 todo el territorio tendría internet a su alcance, incluso en muchos de los casos a través de la banda ancha, tan ansiada. Pero se enfila el plazo final y los logros no tienen nada que ver con lo prometido o muy poco. Al menos y de manera muy especial en Zamora donde cuando se anuncia que 331 pueblos de la región contarán el año que viene con tecnología de banda ancha resulta que de ese número solo seis corresponderán a la provincia. Un nuevo desprecio, uno más, que vuelve a mostrar la falta de interés del Gobierno de la comunidad por lo que a Zamora respecta y la pasividad de los políticos locales y provinciales, pendientes solo de servir a sus partidos para que les mantenga en los cargos que ocupan.

Un ejemplo bien reciente ha sido el desastre causado por el programa de internet que sirve a la sanidad publica castellano-leonesa y que aunque falla reiteradamente y ya tiene acostumbrado a ello al personal sanitario y a los propios pacientes que sufren las consecuencias, ha estado últimamente varios días sin funcionar colapsándose el sistema en los consultorios. La oposición del PSOE no solo pidió explicaciones sino también una auditoría acerca de como fue adjudicado este servicio pues se sospecha que pudo hacerse de forma irregular. Entonces, ha salido la portavoz de la Junta y consejera, una tal Milagros Marcos, afirmando que los socialistas hacen un mundo de un problema puntual debido, como no, a actualizaciones y mejoras. Pero claro seguro que ella no va a la la sanidad pública, y si lo hace ya alguien avisará antes para que reciba el debido trato de favor a la autoridad.