Realizando un repaso somero por los villancicos españoles, una se da cuenta de la recomendación que descansa en tantos de ellos. Recomendación que podría ser válida en otro tiempo pero no en este de prisas, de viajes, de distracciones que empiezan con el móvil y acaban con el accidente. Vamos a ver, uno de los villancicos más cantados, puede que ahora desplazado por los que nos llegan de allende los mares es aquel que reza, y nunca mejor dicho: "Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad, dame la bota María que me voy a emborrachar?.". Como los puristas, como los que sacan punta a todo, se percaten del hecho, piden automáticamente la abolición de ciertos villancicos por incitación a la bebida.

Hay más, como aquel cuya letra dice: "Beben y beben y vuelven a beber?". En este caso son los peces en el río. A esos, Tráfico no les quita puntos por mucho que beban. En realidad lo que ingieren es líquido elemento más o menos turbio, dependiendo de las condiciones del agua del río. Yo prefiero un buen vino de la tierra. Y si quiero que la cosa me anime más, me pido un 'frizzante' siempre tan agradable al paladar.

Es una pena que nuestros villancicos hayan perdido fuelle en las emisoras de radio, en los programas, en los anuncios de televisión, en favor de los villancicos que llegan de otras latitudes, especialmente de Estados Unidos. Aunque ninguno de ellos logra hacer olvidar del todo a los nuestros. Los nuestros son la estrella de la noche y el día en Nochebuena y Navidad y en tantas cenas y comidas de empresa, de amigos, donde se entonan estas melodías que duran lo que dura este tiempo. Como mucho hasta la víspera de Reyes. Luego, sus pentagramas se guardan en el recuerdo y hasta la siguiente Navidad.

Dudo mucho que haya un solo español que no sepa por lo menos tres o cuatro villancicos de los nuestros, de los de toda la vida, de los que se cantan a una sola voz o con muchas voces que no necesitan estar cargadas de alcohol para entonar a la perfección tantas letras como se me agolpan en la memoria. Villancicos entrañables que siempre se han cantado en familia o con los amigos y han sido motivo de alegría y unión. No es lo mismo "Una pandereta suena" que el "Jingle bells". Con todos mis respetos para Bing Brosby. Me quedo con los coros de las Escuelas Ave Marianas.

Claro que para mí hay un villancico por encima de cualquier otro y que por mucha nacionalidad que tenga, es universal, maravilloso, único. Efectivamente, me refiero a "Noche de paz" o "Silent night". Posiblemente sea el villancico más cantado en todo el mundo. Si el ritmo habitual resulta melancólico, no hay más que cambiárselo dependiendo de la latitud en la que suene.