Cuantos historiadores han narrado la vida del Cid Campeador, lo han situado entre la historia real y la leyenda. Comienzan todos dudando de la fecha exacta de su nacimiento, citando una aproximación al año de 1043.

Por sus apellidos, se asegura que nació en Vivar, pequeña aldea situada a siete kilómetros de Burgos; hijo de Diego Laínez, noble caballero de la Corte castellana. Al quedar huérfano de padre a los catorce años, todos coinciden que se crió en la Corte del rey Fernando, pero es en este momento de la vida de Rodrigo cuando sus biógrafos comienzan a ignorar o discrepar en los detalles de su infancia y juventud.

Precisamente, se trata de un periodo de tiempo en el que estuvo vinculado a Zamora. En las Memorias Históricas de la Ciudad de Zamora, de don Cesáreo Fernández Duro, se afirma que la educación de Rodrigo Díaz de Vivar estuvo a cargo del Alcaide Arias Gonzalo. Se asegura también que fue armado caballero en la zamorana ermita de Santiago el Viejo, y esto lo corroboran leyendas y romances.

Fernández Duro llega a asegurar que fue en Zamora donde el Cid se casó con Doña Jimena, aún cuando advierte que esto lo niegan varios autores. En general, la vida de Rodrigo Díaz es contada más minuciosamente a partir de su amistad con el príncipe Sancho, cuando se dice que, entre los años 1063 y 1072 fue el brazo derecho de Don Sancho y comenzó a guerrear con él en Zaragoza, Coimbra y Zamora. Eso sí, a partir de la muerte del rey don Sancho en el Cerco de Zamora, cuando Rodrigo se enfrentó a los zamoranos persiguiendo a Bellido Dolfos, es cuando los historiadores no se pierden detalle de las hazañas del Campeador.

Al enfrentarse Rodrigo al rey Alfonso VI tomándole juramento de no haber tenido que ver nada con la muerte de su hermano Sancho, se ganó la enemistad del monarca y lo envió a Sevilla a recaudar las parias que le adeudaban los reyes moros y luego le hizo ir a Valencia a entablar batallas contra los reinos de Taifas, donde la fama del Campeador se acrecentaba día a día.

Llegó un momento en que el rey Alfonso VI consideró inadmisibles las iniciativas del Cid en la lucha contra los árabes, por lo que condenó a su vasallo a un nuevo destierro, llegando a expropiarle sus bienes.

A partir de este momento, el Campeador se convirtió en un caudillo independiente y se dispuso a seguir actuando en Levante guiado tan solo por sus propios intereses

Después de las victorias logradas en la zona de Aragón, Rodrigo recuperó el favor del Rey y pudo regresar a su patria. Luego, marchó el Cid a la conquista de Valencia, consiguiendo la capitulación de los Almorávides el 15 de junio de 1094.

La conquista de Valencia fue un triunfo resonante, continuando nuevas conquistas, hasta que falleció en Valencia de muerte natural en mayo de 1099, cuando aún no contaba los cincuenta y cinco años de edad.