Un nuevo mantra rige la aparición de los fuegos; antes era la barbacoa, el cigarro arrojado por la ventanilla, la señora o señor de avanzada edad en el hábitat rural que luchaba contra la maleza de la forma que conocía desde sus ancestros. Son muchas las causas como se ha ido sabiendo a lo largo de este largo periodo que empieza desde mi juventud recorriendo los montes sanabreses, pero la reflexión nos lleva a no poder identificar a los pirómanos, no recordamos quien y porque ha quemado esto o aquello. La sociedad asistimos con cara de horror a estos acontecimientos y a estas alturas de la civilización y nos hacemos preguntas: ¿Por qué no se pilla a los pirómanos y se detienen? ¿Por qué se ocultan sus identidades o sus motivaciones? ¿Por qué hasta hace bien poco las autoridades esquivaban la intencionalidad de los fuegos?

A partir del espanto provocado por el fuego de Galicia, que casi arrasa la ciudad de Vigo con las conocidas víctimas, el discurso ha cambiado, tanto el alcalde de Vigo como el presidente de la Xunta apuntan a la acción organizada de personas que se afanan con conocimientos para quemar bien y amedrentar a las poblaciones. ¿Con qué fin? ¿Qué instinto les empuja a ello? ¿Quién está detrás de estos criminales? Creo sinceramente que es un asunto de estado y se merece un debate en el Congreso de los Diputados?

El texto que aparece en el título se refiere a la definición matemática para que se produzca un fuego, según algunos investigadores: 30 grados de temperatura, 30 grados de humedad y 30 kilómetros por hora de viento. Si esto ya está en el conocimiento de las autoridades, ¿por qué no se intensifica la vigilancia? Hay que tener en cuenta que estaba anunciada de sobra la borrasca con características de pequeño ciclón que se aproximaba a Galicia.

El estado cuenta con medios de inteligencia sobrada para hacer prevención a estas situaciones por favor hagan uso de estas herramientas ya. Apunto a que existan protocolos para que trabajen en equipo mandos policiales, alcaldes y jueces.

Evaristo Álvarez Rodríguez