Lo escuché en el programa de Carlos Herrera en la Cope. Llama una señora desde Barcelona, literalmente asustada y enfadada porque en el Colegio Concertado de los Jesuitas en Clot, donde estudia su nietecita de cinco años, el pasado lunes le quitaron la hora de baile para sustituirla por una clase "especial" en la que una "seño" les iba a contar un cuento. Un cuento que aterrorizó a la pequeña. La seño les contó que "había un Rey malo, muy malo, que mandó a sus soldados a matar gente indefensa, niños, abuelitas y papás cometiendo toda clase de atropellos". A buen seguro, la seño infló a base de bien el globo. La pequeñina temblaba al contárselo a su mamá. Al final, "Otro Rey bueno y sus soldados, también buenos, lograron matar al Rey malo y por fin todos fueron felices y comieron muchas perdices".

Así inician los independentistas en todas las comunidades donde el independentismo toca poder, el adoctrinamiento de la sociedad. Se empieza por las guarderías, por los colegios, se les mete el miedo en el cuerpo a los niños y se les inyecta odio en vena, el resto llega conforme van creciendo y conociendo la realidad distorsionada que les venden los mentores del independentismo. La abuelita de la criatura estaba conmocionada, porque si eso sucede en un colegio religioso, la asustada señora le comentaba a Herrera, "qué no sucederá en los colegios públicos de Cataluña". Me lo puedo imaginar. Esa es la gran victoria del independentismo. Si estos gobierno que tiene España y estás oposiciones que tiene el Parlamento español, lucharan por consensuar una Ley de Educación, buena para el conjunto de estudiantes patrios, que imposibilite que este tipo de cosas sucedan, cuanto bien harían a las generaciones venideras.

Mientras en otros países se llega a acuerdos por el bien de la población, que debiéramos ser por los que en verdad luchen nuestros amados y nunca bien ponderados parlamentarios, se darían pasos de gigante, pero no, aquí se mira por el bien y el interés del partido que gobierne. Y me da igual que sea el PP, que el PSOE, que Ciudadanos o que IU. Luego, pasa lo que todos sabemos que está ocurriendo. Si hubiera respeto entre las distintas formaciones y se eligiera a conciencia otro gallo nos cantara.

Es vergonzoso lo que ocurre en Cataluña con el adoctrinamiento, que no es nuevo. Mas abrió el melón y Puigdemont sigue repartiendo porciones. Aunque sabido es que en Cataluña no manda el PDeCat, en Cataluña manda la Cup, por lo menos en la calle. Aunque tengo para mí que los del silencio están empezando a perder el miedo y rebelarse. Es que en Cataluña, a los que no son como son los independentistas los machacan vivos y los señalan, como hacían los nazis con los judíos.