En la semana previa al ilegal referéndum secesionista que las autoridades catalanas, mantienen ciegamente hasta el infinito y más allá, Rajoy se fue a ver a Trump, aunque durante las 48 horas previas a la consulta, desde el viernes, no se moverá de Moncloa para seguir paso a paso los acontecimientos que puedan producirse el 1 de octubre. Una situación límite a la que nunca debería haberse llegado si es cierto, como se ha publicado, que el Gobierno ya ha comunicado en secreto a PSOE y C´s su decisión de aplicar el artículo 155 de la Constitución, suspendiendo la autonomía de Cataluña de forma provisional. Pero lo que no se aclara es si sería antes o después, aunque parece que después, una vez celebrada la chapuza del referéndum si es que consiguen celebrarlo aunque sea de forma clandestina, burlando las medidas dispuestas por la Fiscalía y en las que no se sabe hasta que punto están colaborando de verdad los Mossos, la policía catalana. Pero el Gobierno, como los separatistas, está dispuesto también a llegar hasta el infinito y más allá para impedir la consulta y sus consecuencias.

Son pródigas estas vísperas en especulaciones. La más extendida es esa posibilidad de que Rajoy haga uso el mandato constitucional para impedir, en todo caso, que unos días después, el 4 de octubre, el Parlament catalán declarase de forma unilateral la supuesta independencia de aquella región. El fiscal general ha declarado que la posibilidad de detener a Puigdemont permanece abierta ahora mismo. No se arredra, sin embargo, el presidente de la Generalitat que continua enarbolando su abierto desafío, haciendo de tripas corazón presumiblemente, y reiterando irresponsablemente, por el riesgo que supone de generar violencia - aunque la Guardia Civil velará por el orden - su llamamiento a que la gente salga a la calle a defender fanáticamente el movimiento secesionista. Pero a su antecesor, Artur Mas, le han caído cinco millones de multa por aquella pantomima del 9N de antaño, y ahora anda pidiendo ayuda económica. Y a lo mismo, a grandes sanciones judiciales se exponen cuantos políticos participen en el referéndum y su organización o celebración si es que se consuma, pero no solo es cuestión de dinero al que habrían de responder con los propios patrimonios - y no se puede olvidar que ya ha habido 14 altos cargos detenidos - sino lo que mas les importa: la inhabilitación que pondría fin a sus carreras políticas, tan mediocres y erradas, lo que supondría, por otra parte, un favor a la sociedad.

Con el 155 en la mano el Gobierno, además de disolver el Parlament catalán, convocaría elecciones en la comunidad. Lo que sería volver a empezar, porque los secesionistas no van a dar nunca marcha atrás, y volverían a ganar esos comicios anticipados pero necesarios en tal caso. La respuesta inmediata y rotunda pasa por hacer sentir, sin contemplaciones ni dilaciones, todo el peso de la ley sobre quienes no la cumplan. Y entrar a saco en la autonomía, recortando las competencias concedidas, sobre todo en educación donde los abusos y el adoctrinamiento son inconcebibles. La cuestión es cuando va a tomar Rajoy la decisión definitiva, como tiene prometido a los españoles.