Así es como ha denominado al Camp Nou el portavoz del Barça, Josep Vives. Todo viene a cuento del partido con la Juve, uno más para que, a pesar de haber sido apercibidos, el estadio del Barcelona fuera un clamor de esteladas. Pero solo de esteladas, porque a la bandera de España, que es la de todos los españoles, catalanes incluidos, se la abuchea y no se le permite un resquicio para asomar sus colores. El Barça sigue escudándose en la libertad de expresión y así continua desde que sus dirigentes se declaran independentistas.

El club azulgrana siempre ha defendido lo que ha dicho su portavoz, que sus socios puedan expresarse libremente, con civismo y respeto hacia los demás. Cosa que hacen los de la estelada, porque los socios que intentan sacar la bandera de España son abucheados, pitados e insultados. ¿Dónde coños está entonces el civismo, el respeto y la libertad de expresión?

No digo ya nada de los insultantes y bochornosos mensajes con los que quisieron herir la sensibilidad de los españoles. Frases como "SOS democracia" o "Welcome to the catalán republic". Cuan pesaditos se han puesto. Y cuantas mentiras son capaces de contar a sus seguidores, cada vez más fanáticos, cada vez más radicalizados, cada vez más ciegos.

Eso sí, a pesar de la amenaza de Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, en el sentido de que si progresa el proceso independentista quedarán fuera de la Liga española, los dirigentes del equipo azulgrana sostienen que su intención es "ganar la Liga española", quizá como una forma de humillación a los equipos españoles que militan en la misma división. Si no se sienten y no son españoles, a santo de qué quieren jugar en la Liga nacional, despreciando como desprecian a España y sus símbolos. Hablo de los dirigentes, no de los jugadores. Aunque también hay alguno que, ya, ya.

A esta gente le importa un bledo si la UEFA les sanciona como ocurriera en la final de la Liga de Campeones de 2015 en Berlín por canticos independentistas y lucir banderas inapropiadas o si Javier Tebas habla de dejarlos fuera de juego. Ellos a lo suyo y a lo de los demás, cayendo en esa incongruencia propia del orbe independentista que se ha quedado ya sin argumentos de tanta falacia, de tanto trapisondeo, de tanto travestir la verdad. Dice Bartomeu que se retiran las pancartas sectarias porque los insultos no caben en las gradas del Camp Nou. Una mentira más, porque en ocasiones se lanzan insultos desde la grada de animación promocionada por la directiva del estadio.

Dicen tantas mentiras, se han abonado a la falsedad que ya no saben cuándo mienten y cuando dicen la verdad. El estadio del Barça será un templo del fútbol, del mejor fútbol, pero nunca un templo de la libertad. ¡A otro perro con ese hueso!