Nos quejamos de que los chinos nos están colonizando, sin darnos cuenta de que no son los únicos. Empezaron con sus restaurantes y sus pequeños y grandes bazares que ya quisieran parecerse al de nuestro entrañable Quico Escudero o a los también extintos Siro Gay y Bazar Gay y ahora pican más alto y dan bocados más suculentos. Se han pasado al fútbol. El mejor botón de muestra es el Atlético de Madrid cuyo propietario, Wang Jianling, es el hombre más rico de China. El único que logró acabar con casi tres décadas de dominio de la familia Gil. Este señor, presidente del Grupo Wanda, se ha perpetuado a través del nuevo estadio del club rojiblanco: el Wanda Metropolitano. Me gustaba más, me sonaba mejor el 'Vicente Calderón'. Pero la pasta manda y las cosas vienen dadas así.

Algo tiene el fútbol patrio cuando los grandes millonarios extranjeros, fundamentalmente orientales, lo bendicen comprando todo lo que sea susceptible de ser vendido. El singapurense Peter Lim, magnate empresarial, inversor, empresario, filántropo y según la lista Forbes el undécimo empresario más rico de Singapur, es como todo el mundo sabe el propietario del Valencia CF. Con un patrimonio neto de 2.400 millones de dólares bien puede hacer lo propio con otros dos o tres clubes de fútbol en apuros. Aunque, francamente, ya vale de hipotecar el futuro de los clubes de fútbol patrios a intereses extranjeros que nunca se sabe donde les pueden llevar a parar.

El orbe musulmán tampoco es ajeno a este fenómeno que está dejando a muchos clubes sin titularidad española. El máximo accionista y presidente del Málaga no es otro que el catarí Abdullah ben Nasser Al Thani, pariente del emir de Catar y por lo tanto miembro de la familia real catarí. En junio de 2010 entró a formar parte como máximo accionista y presidente del Málaga CF que tiene un equipo de fútbol en la Primera División española, un filial en Tercera División y un equipo femenino en superliga femenina. Con la pasta gansa que maneja ya puede, ya.

Pero no es el jeque quien manda en el Club, si no su hija Hamyan Al-Thani, cuyo poder va en aumento. Este verano ha protagonizado varias presentaciones de jugadores. Esta chica es el quinto miembro de la familia que aparece en el organigrama del Málaga junto a su padre y sus tres hermanos. Su implicación en el Club es cada vez mayor, aunque su responsabilidad es el equipo femenino y el nexo con la cantera. Verla con su velito y la vestimenta típica de su tierra hace pensar si no se convertirá, con el tiempo, en el uniforme obligatorio para las chicas del equipo femenino. Todo es posible sabiendo cómo viene semejante río.

De entrada, los encontronazos entre el propietario y los responsables deportivos del Málaga, están a la orden del día. Pero el que pone la guita es el que manda y no hay más discusiones. De seguir la racha así, me veo a los clubes de fútbol de primera en manos ajenas procedentes del mundo árabe y del lejano Oriente. Vamos camino de ello.