Aseguran que Rajoy se ha ido de vacaciones muy relajado, salvo por la cuestión catalana que le ha llevado a anunciar la posibilidad de que el Gobierno interrumpa su descanso este mes si las circunstancias en aquella región así lo hiciesen necesario, dado que los independentistas siguen haciendo caso omiso de los tribunales y huyendo hacia adelante con su alucinado plan que nunca se va a convertir en realidad. Pero, por lo demás, parece que ni el PSOE de Pedro Sánchez, ni mucho menos Podemos, y ni siquiera la hipótesis de una acción conjunta de los partidos de izquierda quita el sueño al presidente, que ya dijo en su última comparecencia que se encontraba fuerte y bien, capaz, dejo sobreentender, de castigar a los españoles y sobretodo a su propio partido, con ser de nuevo el candidato del PP en unas próximas elecciones que se cumplirán, entiende, solo cuando acabe la legislatura actual.

No se cree Rajoy, pese a ser unos datos tan malos los ofrecidos, que el informe del Centro de Estudios Sociológicos, altere su reposo en Galicia. Pero los resultados son malos, muy malos, para la derecha, para la de siempre y para la nueva, pues la encuesta trimestral del CIS, referida a mayo, junio y julio, arroja serias pérdidas de intención de voto para el PP y también para C´s respecto al sondeo anterior. Muy alentadores, en cambio, para los socialistas que de pronto y con Sánchez de nuevo en la secretaria general pega un gran salto hasta el punto de ponerse muy cerca de los populares, a algo más de tres puntos, y dejar atrás a Podemos al que ya ven tranquilamente por el espejo retrovisor a una distancia de casi cinco puntos. Esta vez desde la izquierda, como los resultados del sondeo les favorecen tan claramente, no se alude para nada a la cocina del CIS, a la que siempre se acusa de favorecer al PP, que aunque por ser el menos malo de la oferta, continua ganando. Porque de celebrarse ahora mismo las elecciones, un Rajoy que sigue siendo el político peor valorado, volvería a ser ganador. Aunque bajando del 33 por ciento de los votos conseguidos hace un año a poco más del 28 por ciento. El alud de corrupción de estos últimos meses en el ámbito del PP pasaría una factura muy difícil de pagar, especialmente porque la suma de los votos de PSOE y Podemos superaría ya a la conjunción PP-C´s, sumando un 44 por ciento de votos frente al 42 de la derecha. Los socialistas mantendrían ya con holgura el segundo lugar con un 24, 9 por ciento, algo que en el sentir de algunos volvería a colocar al PSOE como alternativa, una muy optimista apreciación con discutible fundamento, sobre todo si mantienen el disparate de la plurinacionalidad y mandangas semejantes, que les aleja de la linea de salida y que demuestra que poco conoce Sánchez el carácter español. En cuanto a Podemos, perdería cae del 21 al 20 por ciento, ya definido su papel secundario en la izquierda, aunque las cifras ofrecerían el espejismo o la oportunidad de poder echar al Gobierno del PP apoyando secundariamente al PSOE.

Pero las elecciones no se van a adelantar o no hay indicio racional alguno de ello, a no ser, si acaso, que en Cataluña ocurriese algo antes, durante o después del 1 de octubre.