Doña Constanza, hija del príncipe de Villena, Juan Manuel, y de la infanta Constanza de Aragón fue desposada cuando solo tenía nueve años con el rey Alfonso XI de Castilla, que a la sazón contaba con catorce años. El matrimonio de Constanza y Alfonso fue ratificado por las Cortes de Valladolid el 28 de noviembre de 1325, pero dada la minoría de edad de Constanza el matrimonio no llegó a consumarse, aunque Constanza pasó a titularse reina de Castilla.

En 1327 fue repudiada, al estar interesado Alfonso XI en un nuevo matrimonio con la infanta María, hija del rey de Portugal a fin de estrechar lazos con este reino.

Posteriormente, don Alfonso hizo encerrar a doña Constanza en el Alcázar de Toro bajo el cuidado de su aya Teresa.

Don Juan Manuel reclamó su hija al rey Alfonso XI y éste se negó a entregársela en repetidas veces, por lo que don Juan Manuel le declaró la guerra en sucesivas ocasiones, hasta que el rey se la devolvió en 1328 después de firmar la paz.

En 1331, doña Constanza fue prometida al infante Pedro, futuro Pedro I de Portugal. Dado que Constanza estaba cercada en Castillo de Garcimuñoz (Cuenca), donde habitó gran parte de su vida su padre, don Juan Manuel, en cuya torre tenía sus tesoros y donde escribió gran parte de su obra literaria; el 28 de marzo de 1336, Pedro se casa con ella por poderes.

Posteriormente, una vez que obtiene permiso del rey Alfonso para viajar a Portugal, se confirma el casamiento en Lisboa el 24 de agosto de 1339. Constanza tuvo tres hijos con el infante Pedro. Pocos días después del nacimiento del tercer hijo, Constanza murió de puerperio el 13 de noviembre de 1345 en Santarém.

Pedro I de Portugal se casaría posteriormente, en secreto, con la noble gallega Inés de Castro, que había sido su amante en vida de Constanza, pero esto ya formaría parte de otro relato.