La imagen de Zamora se ha cambiado en los últimos años para intentar atraer a nuevos turistas. Hemos pasado de la solidez de los atractivos tradicionales de la ciudad que resiste dentro de las murallas y no se gana en una hora, a la Zamora Líquida que la anterior alcaldesa definía como abierta porque se adapta al recipiente que la contiene?Para acabar llenándose de pájaros en la próxima edición de Fitur.

De la solidez de la piedra a los pájaros en la cabeza en apenas unos años.

El reclamo turístico basado en los valores tradicionales de la piedra desnuda por el tiempo, del Románico y del Casco Histórico que se forjó durante siglos desde la Edad Media, sigue siendo garantía de solidez. La Zamora líquida que se adapta al recipiente para ser más abierta y tolerante, tuvo su culminación con la declaración de la ciudad como "gay friendly". La recuperación del Duero como atractivo turístico, no sólo como paisaje sino también como generador de actividades deportivas, de ocio y de naturaleza, colaboraron en difundir esa "liquidez" turística.

Y ahora nos invitan a mirar al cielo para ver los pájaros que sobrevuelan la tierra de Zamora y el agua del Duero como nuevo atractivo para el turismo ornitológico.

Curiosamente, esta evolución del turismo y de la imagen de la ciudad de Zamora no se ha dado de manera aislada, sino que ha ido en paralelo con los cambios sociales en los tiempos recientes.

Si tomamos como referencia el mundo del trabajo, que nos afecta a todos, nos damos cuenta de que se ha pasado de la solidez del trabajo para toda la vida regulado por leyes permanentes como el Estatuto de los Trabajadores, al trabajo que consiste en adaptarse a lo que haya en cada momento dependiendo de las circunstancias y que como un líquido se nos acaba escapando de las manos. Finalmente, los jóvenes mejor preparados de la historia están obligados a echar el vuelo como los pájaros, ligeros de equipaje, para poder trabajar.

Ya lo predijo Claudio Rodríguez, invirtiendo los conceptos, al definir a la ciudad que llevamos dentro: "Sobre todo el aire/ el temple del Duero/ las piedras que nos fecundan?". Aire, agua, tierra.

Así que en el turismo de Zamora conviven como en la sociedad los valores sólidos de las tradiciones, de las eternas piedras, de la muralla protectora y de la ciudad con más iglesias del Románico; la Zamora líquida del río Duero al que ya no se vuelve la espalda y se lleva las palabras de amor palabras; y la mirada al cielo para ver los pájaros.

Y en nuestra sociedad conviven los derechos históricos del mundo del trabajo, los nuevos derechos individuales, y la utopía de los pájaros en la cabeza.

Este año el lema del turismo sería "de Zamora, el cielo". El cielo de los pájaros continua algarabía en la ciudad, y de los sitios que en la provincia son los mejores avistamientos para mirar las estrellas y la luna que señala el dedo.

Finalmente, la iniciativa "Zamora360º", de la empresa DronZ, que ofrece una vista panorámica de edificios significativos de Zamora y de espacios exteriores atractivos para los visitantes y para los propios zamoranos, socialmente tiene su reflejo en esos jóvenes emigrantes que desde otros países donde trabajan quieren volver a ver la ciudad de las piedras, del Duero y del aire.

Una panorámica que no está perdida: la Zamora de los valores de siempre, de la tolerancia recién estrenada y de la utopía siempre necesaria.