En estos días de Navidad, donde podemos apreciar que, el consumo de bienes de todo tipo, se desborda; al escuchar al padre Ángel de Mensajeros de la Paz, me ha venido a la mente la frase de Mahatma Gandhi: "Todo lo que se come sin necesidad se roba al estómago de los pobres".

El consumo es la gran droga del mundo actual, consumimos sin límite, hay compradores compulsivos que, para satisfacer algún vacío afectivo o existencial necesitan comprar sin límite y acumular objetos, prendas, útiles, etc., sin necesidad; da la sensación que tienen el síndrome de Diógenes cuya patología consiste en acumular, sin límite objetos y mas objetos, que no les prestan ninguna utilidad.

La compra de objetos se ha convertido, para muchas personas, en una necesidad, han sido seducidas, atraídas, captadas por la sociedad de consumo que promueve grandes campañas publicitarias estudiadas, dirigidas por marcas comerciales para su enriquecimiento.

La sociedad actual está inmersa en una orgía de consumismo, da la impresión de que quien no consume no vive en la sociedad, el consumismo ha esclavizado a un gran sector de la población, tenemos demasiadas prendas, demasiada ropa, demasiados electrodomésticos, en definitiva, demasiado de todo, que un muchos casos no utilizamos.

La Navidad debe ser un momento del año para reflexionar y hacer el firme propósito de prescindir de todo lo innecesario y no adquirir aquello que no vamos a necesitar. El hombre en sus orígenes tuvo que vivir con muy poco y en un entorno verdaderamente difícil, pensemos por ejemplo, en la forma de hacer fuego, golpeando piedra sobre piedra, su alimentación estaba basada en la caza de animales, etc., etc., ahora en las sociedades desarrolladas tenemos demasiado de todo, nos sobra mucho de lo que tenemos.

Los alimentos, a veces, se desperdician y no nos percatamos que en nuestros entorno hay personas que no pueden hacer tres comidas al día; reflexionemos y procuremos cambiar nuestro comportamiento y romper con la sociedad consumista y ser nosotros mismos, sin ser esclavos de la moda, de las campañas publicitarias.

La frase de Mahatma Gandhi que encabeza estas líneas, sea para nosotros, en estos días de Navidad, junto con el ejemplo del Padre Ángel, de Mensajeros de la Paz, motivo de reflexión y cambio de nuestra conducta para con los más necesitados que carecen de lo más necesario. Que los luminosos de las calles no nos anestesien e hipnoticen, que la Navidad nos cambie para bien y esa frase de felicitación que tan alegremente decimos de ¡Feliz Navidad !, sea de todo corazón y no una frase hueca, de ritual y momentánea, y a primeros del año que comenzará, seguir en la misma línea de conducta del anterior, haciendo la puñeta y creando dificultades a las personas del entorno.

La Navidad es un momento para reflexionar y hacer el firme propósito de cambiar a mejor, pero de verdad.

Pedro Bécares de Lera