Hubo elecciones el 26J. Ganó el PP (aquí barrió), perdió votos y escaños el PSOE y se desinflaron los emergentes, sobre todo Ciudadanos, que ha visto muy mermado su grupo parlamentario, aunque la mayor desilusión se la han llevado los de Unidos Podemos, que se veían a las puertas de la Moncloa. O sea, vence el PP, otro descenso del PSOE y frenazo a los que pretendían cambiar esto y dar cachotero al bipartidismo. La vida sigue igual.

Hubo elecciones el 26J. Se estrellaron los pronosticadores científicos, es decir los demoscópicos y esa nueva casta surgida de no sé donde que responde al nombre de politólogos. Ha sucedido como en aquel viejo chiste en el que alguien pregunta por teléfono: "Oiga ¿es ahí el 25-31-47?", y al otro lado del hilo responden : "No ha acertado ni uno". Fallaron los de las encuestas y marraron los de los sondeos a pie de urna. Eso sí, los datos de estos últimos sirvieron para que todas las tertulias radiofónicas y televisivas vivieran durante horas de esos cálculos y se esforzaran en buscar reacciones y declaraciones sobre algo que se demostró erróneo. ¿Aprenderemos alguna vez los periodistas de estas meteduras de pata? Lo dudo. Interesa más ser los primeros en contar algo que confirmarlo o ponerlo en solfa. Nada nuevo. La vida sigue igual.

Hubo elecciones el 26J. Y, claro, nada más conocerse los resultados ya se dispararon las elucubraciones sobre los pactos. Todo el mundo a sumar, restar y a devanarse los sesos en conjeturas y futuribles. Como tras el 20D, como tras las consultas del rey, como antes, en y después de la fracasada investidura de Pedro Sánchez, como en estos seis meses que hemos dejado atrás, como en las próximas semanas que nos aguardan, como en los posibles prolegómenos de esas temidas terceras elecciones? Pactos, pactos, pactos. Cada vez se parecen más al famoso monstruo del lago Ness: todos hablan de él, pero nadie lo ha visto. Así que continuaremos hablando de pactos. La vida sigue igual.

Hubo elecciones el 26J. Dicen algunos expertos, o como se llamen ahora, que en los resultados también influyó el "brexit". Ya saben, eso que han hecho los ingleses para irse de Europa y devolvernos Gibraltar sin que se note. No sé, no sé. He preguntado a bastante gente y ninguna ha votado bajo la sombra del "brexit". ¿A quién ha favorecido aquí la patochada de Cameron? Dicen que arrastró un voto del miedo hacia Rajoy. Angelitos míos, todavía creen en los Reyes Magos. Pero, oiga, viven tan felices y a la espera del Santo Advenimiento. Ya dijo Fernando Martínez Maíllo que el triunfo del PP serviría para crear empleo en Zamora. Como el del 20D, el del 2011, los dos de Aznar y los que vienen logrando desde el Pleistoceno los populares en la Junta y en la Diputación zamorana. La verdad es que ya no sabemos qué hacer con tanto empleo. Casi mejor que lo repartan con otras tierras; no hay que ser egoístas. Y lo del "brexit", pues, como diría Gila, ahí está, no vamos a decir que no está, pero ¿cómo está? De momento, con la incertidumbre y las bajadas y vaivenes de la libra ya han perdido pasta los pequeños ahorradores y se la han llevado los especuladores listillos. La vida sigue igual.

Hubo elecciones el 26J. Y tres días después, aún en plena resaca, se desarrolló en las Cortes de Castilla y León el debate sobre el Estado de la Región. He vivido en directo unos cuantos y, al concluir, mi pregunta era siempre la misma: ¿sirven para algo? Sí, claro que sí, pero podrían servir para mucho más, especialmente si alguien se molestara en comprobar si se cumplen o no las resoluciones que se aprueban y las promesas que se hacen desde la Presidencia de la Junta. Por razones meramente sentimentales, durante años me tomé la molestia de saber si las incorporaciones de jóvenes al campo que anunciaban Lucas o Herrera se llevaban a cabo. Ni una sola vez. Decían que se incorporarían 6.000 al año; no sé cuantos miles en la legislatura, ¿y? Pues que al año siguiente se repetían los anuncios y las cifras y? cada vez hay menos jóvenes en el agro. El miércoles Herrera presentó 26 nuevas medidas para revitalizar Castilla y León. El jueves se aprobaron decenas de propuestas de resolución (curiosamente, solo una del PSOE, que había elaborado 30) que abarcan casi todos los aspectos de la vida social, política y económica de esta tierra. Muy bien. El papel lo aguanta todo. Me gustaría saber que ha sido de cada una de ellas dentro de un par de añitos. La experiencia no invita al optimismo. Preferiría equivocarme, pero creo que se notarán poco. Especialmente en esta tierra que, por desgracia, camina hacia el encefalograma plano. ¿Para qué cambiar si somos los reyes de la baraja? Sí, la vida sigue igual.