Y ¿por qué, cuando vienen los guiris a España, alemanes y británicos fundamentalmente, se pillan las cogorzas de las que los medios de comunicación nos dan cumplida cuenta debido a los destrozos que ocasionan estos hooligans del alcohol? Pues porque en sus países de origen el bebercio es caro de narices. A un británico le sale por un ojo de la cara un trago que aquí es relativamente barato. En los países de la UE no existe el modelo social "salir de copas". Las salidas son otras. Aunque ellos tienen otros modelos sociales que nosotros ni hemos adoptado ni hemos adaptado a nuestro modus vivendi, afortunadamente.

Comprar una bebida alcohólica en España es un 19% de media más barato que en el resto de países de la Unión Europea. Aquí vamos sobrados de grados, también meteorológicos, a pesar de las fluctuaciones del mercurio que a todos nos sacan de quicio. El precio de las bebidas alcohólicas en España es casi veinte puntos inferior al precio medio en el conjunto de la UE lo que lo convierte en el quinto país más barato del bloque comunitario, según Eurostat. En Bulgaria, Hungría, República Checa y Rumanía es sensiblemente más barato. Pero es que Palma de Mallorca, Ibiza, Marbella, Benidorm, la Costa Brava y Torremolinos están en España. Y porque aquí, nuestra gastronomía les vuelve locos. Y porque, además, tenemos unos vinos que quitan el sentido. Que se lo pregunten a Amancio Moyano que no hace más que recibir felicitaciones por los de la DO Toro.

Y porque la siesta en España nada tiene que ver con la que pueda guardarse en otros países. Es que en España todo se confabula para crear el ambiente propicio. Lo que ya se sale de madre, del tiesto y de todos los recipientes, fundamentalmente la botella, es la bronca que arman los que vienen a practicar turismo salvaje, casi todos británicos, y tienen a Magalluf como el paraíso de los excesos y el punto más caliente, en todos los órdenes y sentidos, de la isla de Mallorca. Entre el balconing que ha dejado a tantos tiesos, los desnudos casi integrales de la noche y el toqueteo que se traen con todo lo que lleve faldas, están dejando a la isla de la Calma convertida en la isla del alboroto o algo peor. En una especie de Sodoma y Gomorra siglo XXI.

Si por estos lares las bebidas con cierta graduación tuvieran un precio más alto, acababan todos en la República Checa, que los aguanten ellos un rato. Pero es que si suben las bebidas con cierta graduación, joroban directamente a los nacionales. Y no hay que dar pistas. Porque, luego, algunos desaprensivos que se lo montan bien montado, se hacen en seis días de fiesta local su particular agosto. Encima, sirviendo lo peor de lo peor. España y por ende Zamora, también tiene sus botellones y a sus botelloneros y no les vamos a dar por el saco vendiéndoles lo peor.

Irlanda, Finlandia y Reino Unido tienen el alcohol por las nubes, hasta un 75% más caro que en la media comunitaria. No es de extrañar que, cuando vienen, se lleven "puesto" el alcohol para todo el año. Claro que en España el pan y los cereales son un 4% más caros que en el resto de la UE. Pero eso a los del resacón en España les importa menos que un bledo.