Además de un programa matinal, Susannita? Griso, tiene un programa semanal nocturno. Un programa para mayor lucimiento de la presentadora de Antena 3 con el que no está haciendo historia ni contribuyendo a la pequeña historia de la pequeña pantalla. No sé si durante dos noches y un día o durante dos días y una noche, la catalana se coge la maleta y se mete, con permiso, claro, en la casa del invitado que toque. A los candidatos a presidir el Gobierno de España también les ha tocado. Iglesias, Rivera y el otro día, por fin, Sánchez. Creo que también Rajoy le hará un hueco en La Moncloa, salvo que la lleve a su casa natal de Santiago de Compostela, con permiso de Elvira.

Tiene que ser un incordio eso de meter en casa a una extraña, por mucha tele que la enmarque, durante dos noches y un día o dos días y una noche, da igual. Y que, encima, te sometan a una especie de Gran Hermano pero sin tanto barullo como el que arman los "hermanos" del programa de Telecinco. Tampoco me parece que los aspirantes a gobernar España deban descender tanto y asistir a cualquier programa en función del voto. Un poco más de rigor no vendría mal en la España de chiste. Las anécdotas ya surgen durante la campaña como para darnos argumentos que provoquen la hilaridad.

A Susanna le gusta provocar y bucear en las intimidades de los invitados. La presentadora está francamente bien, hay que reconocerlo, y aprovecha cualquier coyuntura para llevarse el gato al agua. En esta ocasión y respondiendo a un piropo que le dedicó Sánchez, la Griso se lanzó y le espetó al susodicho: "Dicen que nadie lleva mejor los vaqueros que Pedro. Tiene un culito que quitando el de Eduardo Noriega?". Y como a Susanna se le consiente, se le permite absolutamente todo, se ha dejado correr la cuestión como si no hubiera pasado. Se imagina usted que Albert Castillón se lo hubiera dicho a María Dolores de Cospedal quien, por cierto, lo tiene muy bien puesto; o que Pedro Piqueras se lo hubiera dicho a María Begoña Gómez Fernández, mujer de Sánchez o Lorenzo Milá hubiera hecho lo propio con Andrea Levy. A estas alturas los habrían crucificado a todos ellos. Habrían pedido su expulsión de los distintos medios. Apueste lo que quiera.

Si reconocemos y confirmamos verbalmente lo altito y bien puesto que tiene el culito Pedro Sánchez, por qué nos rasgamos las vestiduras cuando se dice lo que sea sobre la "poitrine" de Mariló Montero; si Rocío Jurado tenía "beaucoup" del mismo o en perpendicular y hacia abajo, si el culo de fulanita es esculado o menganita tiene también mucho del mismo. Es que la Griso es de las primeras en rasgarse las vestiduras y mesarse el cabello cuando algo así ocurre. Yo la he visto poner de vuelta y media a quien ha osado decir algo igual o parecido. "¡Qué desafortunado! ¡Qué impropio! ¡Parece mentira!". Pues, hija, aplícate lo desafortunado e impropio de la cuestión. El culito de Sánchez ni le hace más humano ni le acerca más al electorado en femenino plural, ni el sexo siestero de Iglesias ni el sexo en campaña de Rivera. Menos mal que el culito que en verdad enloquece a la Griso no es otro que el de Eduardo Noriega. Porque, de otra forma, vaya usted a saber.