Antaño, muy antaño ya, en los entrañables cines de nuestra infancia se entraba a la hora que se quería y se salía a la hora que a cada cual le diese la gana, generalmente después de haberse visto dos veces cada película del programa doble ofrecido. Era cine de sesión continua y así avisaba hace unos días un reputado observador político, coincidiendo con el sentir de la mayoría del personal patrio, que estas elecciones generales que se encaminan ya a la repetición el 26 de junio que viene pueden constituirse en unos comicios de sesión continua y continuada, dados los resultados que se esperan.

Pues faltaba el CIS, con su sondeo de intención de voto, una encuesta trimestral que es esperada con interés y expectación en el ámbito de los partidos, por más que se diga que el organismo oficial barre lo que puede para casa, ya que sus pronósticos suelen incluir dosis de acierto importantes. Y como el resto de cuantas consultas se están haciendo públicas desde el 20D, y presumiblemente de las muchas que restan todavía por soportar, los resultados que el Centro de Investigaciones Sociológicas ofrece en un trabajo realizado a mediados del mes de abril, fracasada ya la investidura de Pedro Sánchez y aun por conocerse el gran escándalo de los papeles de Panamá, insiste en las mismas tendencias de intención de voto que devolverían la situación política al punto de partida en un bucle de difícil fin, y sin novedades destacadas al respecto en comparación con la encuesta de enero pasado.

El PP seguirá siendo el partido más votado, que los recursos del poder no se manejan en vano y que la filosofía del más vale lo malo conocido que los bueno por conocer sigue haciendo estragos, aunque así le vaya al país. Pero cada vez con menos apoyo, de creer al CIS, pues los sondeados hacen caer 1,4 puntos al PP en tres meses, y quedaría con un 27,4 por ciento de los votos, continuando el desplome. Una tendencia que los datos revelan como patente, pues los sondeos de los medios más afines no lleguen a superar el 29 por ciento, lo que es una muestra expresiva de como siguen estando las cosas.

Por su parte, el PSOE registra un ligero alza, con un punto más que en enero, que puede bastar a Sánchez, no obstante, para mantenerse como segundo candidato en el favor de los electores. La caída mayor sería para Podemos al que se vaticina una pérdida de mas de cuatro puntos, un castigo a la política personalista y radical de Pablo Iglesias. Si el partido acude a los comicios con IU, la bajada sería algo menos acusada incluso sobrepasando a los socialistas, pero en resumidas cuentas ello acabaría beneficiando al PP. En cuanto a Ciudadanos vuelve a ser el último en intención de voto, con un aumento de dos puntos pero sin ir mas allá tampoco en las expectativas.

Vuelven a entrar las matemáticas entonces: PP, 27,4 más Ciudadanos, 15,6, suman 43,0 % de los votos. Mientras, PSOE, con 21,6 más Podemos con 17,7 e IU 5,4 supone el 44,7 %, aunque pudiera añadirse algún otro partido. Más igualdad, imposible, lo que llevaría de nuevo, como se teme, a la misma casilla de salida, y si antes no hubo pactos igual de difícil será que los haya luego.