En lugar de mirar hacia el futuro, hacia adelante, el equipo de gobierno de Izquierda Unida y el PSOE en el Ayuntamiento de Zamora parece encantado con mirar hacia atrás y rescatar su particular memoria histórica.

El pasado jueves se cumplían 85 años de la proclamación de la Segunda República. Y el teniente alcalde del Ayuntamiento de Zamora, Miguel Ángel Viñas, aprovecha esa efeméride para arremeter contra el Partido Popular acusándonos, tal y como han recogido los medios de comunicación, de utilizar las tácticas del ministro de Propaganda nazi, Joseph Goebbels. Así, tal cual.

Una barbaridad que es más propia de alguien que pretende reabrir heridas con sus regalos envenenados en la casa de todos los zamoranos (tal y como hizo con el obsequio de una bandera de la Segunda República) que de alguien que debe trabajar por el futuro y por el desarrollo de los vecinos de la ciudad.

Los cargos públicos hemos sido elegidos para mejorar la vida de los zamoranos. No estamos para sembrar de odio cada rincón de la ciudad y, ni mucho menos, para instalarnos en el "guerracivilismo" con el que tan a gusto parece sentirse Izquierda Unida. Una de las grandezas de nuestro país reside en una Transición modélica que sirvió para reconciliar y unir en un proyecto común a todas las sensibilidades políticas de España.

¿De qué sirve apelar a Goebbels desde Izquierda Unida? El Partido Popular es un partido democrático que respeta el Estado de Derecho y que, por supuesto, nada tiene que ver con el nazismo al que alude el teniente de alcalde Miguel Ángel Viñas quien, para otras ocasiones, deberá pensar bien lo que dice antes de realizar esas manifestaciones públicas tan infames, tan llenas de odio y, sobre todo, tan llenas de falsedades.

Le pediremos que nos pida disculpas públicas por semejante salida de tono. Viñas parece dispuesto a que en Zamora vivamos constantemente en la radicalidad. También lo parece desear el conjunto de Izquierda Unida. Y, por supuesto, así parece demostrarlo el PSOE local quien, día tras día, usa la táctica del avestruz: esconder la cabeza en el ala y mirar para otro lado solo por mantener su pequeña cuota de poder en un equipo de gobierno en el que cada vez pinta menos.

¿Por qué permite Francisco Guarido estos calificativos por parte de su teniente alcalde hacia el grupo político mayoritario en el Ayuntamiento de Zamora? Quien calla, otorga; sentencia el refranero.

No hemos venido aquí para volver a hurgar en las heridas que la Historia nos ha provocado. Los representantes públicos estamos para solucionar problemas y crear futuro. Bien está saber de dónde venimos pero tratar de volver a los enfrentamientos y a la radicalidad en las posturas políticas en un Estado democrático como el español es algo que solo lleva a la deriva. Viñas no puede acusar al Partido Popular de usar tácticas nazis tan impunemente como lo ha hecho. Jamás lo hemos hecho y, por supuesto, jamás lo haremos. Los totalitarismos no van con nosotros, quizá otras tengan que ampararse en ellos para ejercer su labor política.

Quizá, por eso, los plenos del Ayuntamiento de Zamora se han convertido en una muestra del autoritarismo con el que el alcalde ejerce su labor de gobierno recordando con malas formas, una vez sí y otra también, que allí quien manda es él. Manifestaciones bien alejadas de aquel espíritu de junio en el que Guarido apelaba al consenso y al diálogo con todos. Poco ha durado. Primero fue Guarido quien se subió al carro de las actitudes despóticas, ahora es Viñas? Mucho nos tememos que no será el último, ¿quién será el siguiente? ¿Qué será lo siguiente?