Muy acostumbrados estamos, por desgracia, a encontrarnos en los medios con hechos que se presentan entre anecdóticos y dramáticos pero que participan mucho más de lo último, por ejemplo cuando se dan a conocer los cientos o miles de personas que acuden a la convocatoria de plazas de trabajo en un país, el nuestro, con más de cuatro millones de parados. De ahí, la emigración como único recurso, eterno por lo demás en provincias como Zamora de tan escaso desarrollo y tan limitadas posibilidades laborales. Son muchos, sobre todo los jóvenes, que salen cada año en busca de un empleo que en su tierra no encuentran y que, como consecuencia de esta situación, no deja de despoblarse. Algo que la crisis ha incrementado tremendamente. Desde 2009, han emigrado más de 7.000 zamoranos, un auténtico éxodo que se extiende por todo el país, con 2.300.000 españoles -21.000 de Zamora- residiendo en el extranjero, una cifra que se ha duplicado prácticamente en los últimos años.

Aunque españoles hay en todas las partes a lo largo y ancho de la geografía, el destino principal, ahora como en las décadas de los 50 y 60 del pasado siglo, suele ser Europa pero sin olvidar América. Muchos incluso de los que se tienen que ir son los nietos de los que se tuvieron que ir entonces, con la diferencia de que es una juventud mucho más cualificada que la de antaño. Y si bien es cierto que como suele decirse en ningún sitio atan los perros con longaniza, no menos cierto resulta que en esos países suele ser más fácil encontrar trabajo. Ahora, los lugares que concentran la emigración española son especialmente Reino Unido, donde además se va con la esperanza de poder aprender inglés, y la Alemania de siempre que, pese la crisis, mantiene el pulso vital de arrastre de la economía europea que surgiera de la resurrección socialdemócrata tras la guerra mundial.

Y es que tanto en Inglaterra como donde la canciller Merkel es más fácil que en ningún otro sitio tener un empleo, si no se acude con demasiadas exigencias, eso también. Allí, y según una estadística recién elaborada, por cada colocación ofertada solo hay dos optantes al puesto lo que lógicamente hace mucho más fácil y posible acceder al mismo. Total igual que en España, donde pese a la tan cacareada recuperación económica y creación de empleo -cacareada por Rajoy, claro- existen todavía 80 solicitantes para cada puesto de trabajo, sea privado o público. Y eso actualmente, porque más de un año después de que el PP gobernase, en 2012, ese número se incrementaba a 135 aspirantes a cada empleo. Algo se ha conseguido, pues, parece, pero insuficiente en todo caso. Hay que tener la capacidad de esperanza bien puesta para pensar que se puede lograr una plaza cuando son tantos los que aspiran a lo mismo con igual derecho y similares aptitudes y condiciones. Y encima, en Alemania y Reino Unido los salarios son, sin exagerar mucho, el doble que en España.

En nuestro país, antes de la crisis, el número de solicitantes era de 20 por cada puesto de trabajo existente y ello da buena idea de lo lejos que se está aun de la recuperación del empleo.