Cómo no va a seguir generando críticas el despreciable e inaceptable gesto con el que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, saludó a dos militares, rechazando su presencia en el salón de la Enseñanza de la Feria de Barcelona. Solamente se han posicionado a su favor los podemitas y mareas que se ahogan en su propia espuma y, cómo no, el propuesto por Pablo Iglesias, Dios nos pille confesados, para ser el próximo ministro de Defensa si prospera un pacto con Psoe. Me refiero al exjemad José Julio Rodríguez, quien salió en defensa de la Colau y su falta de respeto, dando la espalda a sus antiguos compañeros.

El que fuera elevado al rango de general y jemad, saltándose a la torera todo lo saltable, por su amiga Carme Chacón, a la sazón ministra de Defensa del Gobierno de España con ZP, debería sentir lo que no tiene: vergüenza. Si a él cuando lucía estrellas le hace un alcalde de derechas lo que la Colau ha hecho a los dos oficiales del Ejército de España, lo hubiera llevado directamente al alto Tribunal de Estrasburgo. La Colau, de perlas. Los que sobraban allí eran los dos coroneles, y por eso.

Conviene aclarar a propósito de la presencia de las Fuerzas Armadas Españolas en el Salón de la Enseñanza, en el que también debieran impartir la necesaria Educación a Colau y sus huestes, que su estand es visitado todos los años por miles de jóvenes catalanes. No sé si con ocho apellidos catalanes o hay charnegos entre ellos. Conviene no olvidar que miles de jóvenes catalanes se presentan todos los años a los procesos de selección para acceder a la vida castrense. Solo el pasado año 1.664 catalanes aspiraban a una de las 3.450 plazas para las escalas de Tropa y Marinería. Y si no me equivoco fueron 121 los que buscaron cubrir una de las 150 plazas para ser reservista voluntario. Aprovecho para enviar un fuerte abrazo a los reservistas voluntarios de Zamora, abrazo que quiero materializar en Antonio Dávila.

Casi siete mil catalanes han solicitado entrar en el Ejército desde el año 2013, lo que demuestra que el Ejército español, no sin disciplina, sin estudio, sin esfuerzo, sin valentía, es la más importante oficina de colocación de España. Lo que la Colau y los discutidores de oficio y presunta rentabilidad política no saben o a lo mejor sí pero se lo callan, es que el estand de Defensa es uno de los más visitados de la Feria de Barcelona. Y como el dato estadístico es el dato y ese no engaña, solo el pasado año, más de quince mil catalanes se acercaron a preguntar por las plazas existentes y otros menesteres, agotándose el material y los folletos explicativos con los que los uniformados se ayudan para informar de las diferentes posibilidades formativas en las Fuerzas Armadas.

Vaya si estaba justificada su presencia en un salón que sin ellos no sería lo mismo, perdería parte de su interés y de su encanto mal que le pese a quien respondió con una ofensa indigna a la amabilidad y la cortesía de dos oficiales y caballeros.