Tan preocupados los zamoranos como el resto de los españoles con los casos de corrupción en el PP, cada día más, y sobre todo de quien gobernará el país o si habrá que llegar a nuevas elecciones, que asuntos locales, importantes y de aquí, han pasado un tanto desapercibidos para la población en general, aunque no para tantos que viven de manera intensa la Semana Santa ya cercana y su logística. Y es que la Junta de Castilla y León ha incluido en su presupuesto anual una primera partida de 300.000 euros para la ampliación del Museo de Semana Santa de Zamora.

Una vieja aspiración y necesidad para la cual nunca había dinero, aunque se gastasen millones, lo mismo que en su mantenimiento, para el inútil Consejo Consultivo. Solo que ahora las cosas han cambiado sustancialmente y el PP ha perdido la mayoría absoluta en la región por lo que si desea sobrevivir con cierta comodidad tiene que empezar a hacer concesiones a la oposición, que ahora no es únicamente el acomodaticio PSOE, sino también Ciudadanos, Podemos, y más, aunque haya sido una propuesta de UPL la que ha sacado adelante el tema.

No es que sea mucho la partida acordada, pero es una manera de empezar a pagar la deuda histórica que la Junta tiene contraída con Zamora. Porque el Museo de Semana Santa lleva urgiendo hace mucho tiempo, pero la crisis y sus recortes lo llevaron a sus últimas consecuencias al perder las pocas subvenciones que había venido disfrutando. A la suma anunciada habrá que unir los apoyos del Ayuntamiento de la capital y de la Diputación. O sea, que algo hay para arrancar, porque este es un proyecto que se desarrollará en varias fases, pero que hay que iniciar ya.

Y así lo ha hecho, rápidamente, la Junta de Cofradías, poniéndose manos a la obra. Por fortuna, en los últimos años la concordia preside el organismo común de la Semana Santa zamorana. El museo lleva funcionando medio siglo, pero incluso hoy día, pese a las mejoras evidentes, resulta casi un almacén más que otra cosa, lo que duele a los directivos semanasanteros. Se quiere hacer es un museo total y definitivo, a tono con la merecida fama de las celebraciones. Para ello se piensa en dos posibles soluciones: o ampliar el existente o buscar nueva ubicación.

Las limitaciones presupuestarias decidirán, pero será difícil tanto la decisión como la ejecución en ambos casos. Para ampliar las instalaciones existentes, puede que la mejor solución, hay que adquirir inmuebles aledaños. Para hacer o adecuar otro edificio hay que encontrar una ubicación idónea en todos los órdenes. Una opción que la Junta de Cofradías baraja es el convento de las Concepcionistas, cercano a la Catedral y propiedad del Obispado. También se piensa en la posibilidad de construir el museo en el parque de San Martín, buen sitio, pero un proyecto demasiado complejo. Y queda descartado por entero el colegio Gonzalo de Berceo. Así que se siguen estudiando nuevas posibilidades. Que las hay.