La tienen tomada con el jefe del Estado, es decir, con su majestad el rey don Felipe. Separatistas, populistas, reaccionarios, sectarios, mareas y demás caterva, de esos que han llegado a los ayuntamientos importantes y menos importantes, sobre todo en Cataluña, se han propuesto barrer del mapa cualquier efigie o retrato de don Felipe. No quieren nada con la Casa Real española. Para reyes "nuestros hijos" ha llegado a decir algún descerebrado ¿o ha sido descerebrada? Tan es así, que Carmena en Madrid travistió a otros Reyes famosos desde tiempo inmemorial: Melchor, Gaspar y Baltasar. En lugar de llegar a Madrid desde Oriente, parecía por sus vestimentas que llegaban del Caribe, como Curro, o de Hawaii como Obama.

Cosas de esta gente que quiere trastocarlo todo. ¡Si fuera para bien! Pero es que quieren experimentar y ya hemos visto a qué conducen los experimentos. En Europa están muy preocupados por el devenir de España y por ese sectarismo incomprensible, sobre todo porque se trata de gente joven, que están poniendo de manifiesto quienes quieren hacerse con el Gobierno de España a toda costa, incluso partiéndola. Son políticos y aspirantes a políticos que no tienen la talla de estadistas que se requiere en momentos de dificultad.

Lo de Alfonso Guerra fue un amago verbal, pero esta gente que se postula para todo en verdad quiere que a España no la reconozca ni la madre que la parió. Y puede que lo consigan si tocan sillón siempre con la inestimable ayuda del socialista Sánchez, preso de una fijación que no le deja vivir: Mariano Rajoy. A Sánchez no se le conoce ni un puto proyecto. Sánchez siempre habla de lo mismo y sobre todo del mismo, como si hubiera dos Españas, la de Rajoy y la de Sánchez-Iglesias. Creo que se equivocan. Que de la confrontación y el sectarismo no puede salir nada bueno. Sigo diciendo y no me cansaré, que no han aprendido nada del pasado.

Escuchar o leer a quienes fueron ministros con González Márquez, demócratas convencidos y socialistas de pro, es entrever dos partidos socialistas. Aquel que con sus luces y sus sombras demostró talante y tuvo cintura democrática y el de hoy dispuesto a todo, aunque en ello vaya implícita la ruptura de España. Porque los que quieren pactar, también pretenden hacer desaparecer, a ser posible en una legislatura, la figura del jefe del Estado en la persona del monarca español. Olvidan que España fue más respetada que nunca gracias al rey emérito, a don Juan Carlos, con todos sus fallos garrafales en lo personal y todos sus traspiés, y nunca mejor dicho. Y que al rey actual se le respeta y se le quiere en todo el mundo. Incluso en las grandes y pequeñas repúblicas que pueblan el mapa mundi.