Estoy de acuerdo con los análisis políticos que llegan al convencimiento, una vez más, de que sin el concurso de los socialistas no es posible formar un gobierno estable de cualquier signo con los resultados electorales tan inciertos, ninguna solución es viable. Hay que reconocer que los socialistas no hemos tenido buenos resultados. Aun así es la segunda fuerza en votos y apoyos parlamentarios, que cortejan todos los partidos, frente a la soledad del Partido Popular y de Rajoy que no se entera. No obstante hay que reconocer que los resultados del 20D suponen un cambio de paradigma en la política española.

Y es que estamos en una fase política muy complicada por los resultados electorales, que son los que han decidido democráticamente los ciudadanos, por lo tanto es necesario que se respeten las reglas del juego y que sea el partido más votado quien tome la iniciativa para la formación del gobierno.

Sin embargo pareciera que la campaña electoral no ha terminado y siguen el resto de los partidos y la mayoría de los medios de comunicación exigiendo y poniendo deberes al PSOE. La condición democrática de su funcionamiento establece que únicamente esta formación haya reunido a su órgano máximo entre congresos, el Comité Federal, para analizar los resultados, la situación creada, hacer la autocrítica correspondiente, debatir y acordar lo que corresponde con responsabilidad. Otros partidos, siguiendo la senda de sus dirigentes, prefieren utilizar el llamado "centralismo democrático" para designar candidatos y establecer estrategias. El Partido Socialista no es ajeno a lo que está ocurriendo en España, por eso se reúne y debate; ya nos gustaría que siguieran su ejemplo los partidos de las derechas y los emergentes y renovadores, conocer cómo son sus debates y que se hicieran públicos

Pero, ¿cuál en la situación en la que nos encontramos?, desde mi punto de vista y una vez que se demuestre fehacientemente que el Partido Popular no es capaz de conseguir las mayorías necesarias, el Partido Socialista deberá estar dispuesto a asumir la responsabilidad e iniciar los contactos necesarios para alcanzar la mayoría de cambio y progreso que haga posible la gobernabilidad de nuestro país. Es cierto que cuando no hay mayorías absolutas o suficientes, es necesario llegar a acuerdos y pactos de legislatura, sobre la base de poner en la mesa de negociación los proyectos con los que se han presentado los partidos que pretenden coaligarse para la elaboración de un programa de gobierno, eso sí, con luz y taquígrafos. En ese caso le corresponderá al Partido Socialista tomar la iniciativa.

Antes de que esto ocurra, algunos partidos ya han puesto condiciones imposibles para llegar a acuerdos. Aun así y por mandato de los ciudadanos, el Partido Socialista tiene que reunirse con aquellos partidos que se encuentren en su órbita de políticas progresistas. Para hablar con claridad, el partido Podemos antes de debatir el posible programa de gobierno, ya exige el compromiso del llamado "derecho a decidir" en Cataluña y más adelante, ya veremos si en el País Vasco, Galicia?

Ante esta exigencia, los ciudadanos comprenderán que el Partido Socialista Obrero Español no quiere ni puede pactar y llegar a acuerdos. Los socialistas estamos dispuestos a conseguir una España plural y diversa, pero solidaria, cuyos límites sean la igualdad de derechos y obligaciones de todos los españoles. No me gusta la moda de poner "líneas rojas" cuando se emprende una negociación con el propósito de llegar a acuerdos y menos exigencias de esa naturaleza. Por cierto ya las están practicando en Cataluña el llamado derecho a decidir de Artur Mas y la CUP, con resultados ejemplares y edificantes. Podemos tiene más interés en el referéndum que en la urgencia de los problemas sociales y desigualdad. Igualmente el señor Iglesias, con su peculiar arrogancia, trata de poner a Pedro Sánchez en un callejón sin salida que satisface mucho a Rajoy, intentado responsabilizar a los socialistas de un posible fracaso en las negociaciones. Nada nuevo.

El derecho a decidir en una sociedad moderna y democrática lo ejerce el conjunto de los ciudadanos cuando se diluciden los derechos fundamentales y los intereses generales. Muchos nos sentimos concernidos con todo lo que sucede en España, por lo tanto también en Cataluña, y si hubiera que votar en alguna cuestión importante también nos creemos con el mismo derecho. Evidentemente no estoy hablando de la bondad o maldad del referéndum, como por ejemplo el que propone el artículo 92 de nuestra Constitución.

En definitiva, para que quede claro, el PSOE, llamado a establecer acuerdos para la gobernabilidad, no favorecerá ni permitirá la secesión de España ni ningún acuerdo que ponga en peligro la igualdad de derechos fundamentales entre los españoles, vivan donde vivan.