En las últimas semanas se han multiplicado los accidentes de tráfico ocasionados por la fauna salvaje en las carreteras de la provincia, lo que ha sensibilizado aún más a los automovilistas sobre un problema que va a más desde hace años. En el pasado puente festivo de Todos los Santos, la comarca del Bajo Duero resultó especialmente castigada y en Toro y los pueblos de su alfoz se registraron cinco siniestros, dos de ellos en la autovía, solo en la noche del sábado. La apertura de la campaña de caza y el inicio de la recolección de los sembrados de maíz, refugio habitual de fauna, ha incrementado la presencia de animales sueltos, sobre todo jabalí, que suponen un grave peligro para los conductores.

Más de la mitad de los accidentes de circulación que se producen en Zamora están ocasionados por la fauna. Los datos estadísticos de los últimos años demuestran que el incremento es constante, superando en el último bienio los ochocientos siniestros por anualidad. La provincia está en el grupo de diez donde más atropellos de animales se producen con un coste económico medio por avería causada por colisión que supera los 1.000 euros. Y lo que es mucho peor, con un balance de decenas de víctimas, una de ellas mortal, el joven de Calzada de Tera que falleció tras chocar la moto que conducía con un ciervo en el verano de 2014.

La nueva ley de seguridad vial, que entró en vigor hace poco más de un año, ha cambiado radicalmente la interpretación jurídica de los accidentes provocados por fauna salvaje, atendiendo algunas de las reivindicaciones de las sociedades de cazadores que se quejaban de que con la anterior normativa muchos cotos habían desaparecido al no poder hacer frente a las indemnizaciones ni al pago de los seguros.

El nuevo texto deja muy claro que en accidentes de tráfico por atropello de especies cinegéticas será responsable de los daños a personas o bienes el conductor del vehículo, salvo en el caso que se demuestre que el siniestro es consecuencia de una acción cinegética colectiva de una especie de caza mayor llevada a cabo el mismo día o que haya concluido doce horas antes. Las compañías aseguradoras ya ofrecen nuevas pólizas que cubren los accidentes con animales, previo pago de un plus.

Algunos jueces, en las primeras sentencias sobre esta cuestión, se han mostrado críticos con la ley asegurando que obliga a un encarecimiento de los seguros obligatorios que tienen que abonar los ciudadanos, advirtiendo que el hecho de que los gestores de cotos ya no tengan que pagar los daños va a provocar una relajación de los controles y, por tanto, un aumento del número de animales de caza mayor sueltos en la calzada.

Zamora, que cuenta con dos parques naturales y dos reservas de caza más una reserva de la biosfera donde se incluyen todas las comarcas fronterizas, suma además el factor de la despoblación rural, lo que hace prever que el censo de animales salvajes va a seguir creciendo y, si no se toman las medidas adecuadas, también los accidentes provocados por estos.

Las organizaciones profesionales agrarias han denunciado públicamente ante las administraciones el incremento de siniestros y han manifestado su desacuerdo con la nueva ley de seguridad vial, pidiendo soluciones que, para agricultores y ganaderos, pasan por el control de los censos con el fin de evitar que las poblaciones de animales salvajes crezcan y también los daños causados por estos.

La presión social ha obligado a las administraciones a poner en marcha algunas medidas, sobre todo en la carretera N-631, la más conflictiva, y otras vías que cruzan la sierra de la Culebra y sus alrededores, principalmente la limitación de velocidad, la deforestación y limpieza de márgenes y la señalización complementaria con balizas luminosas, con el fin de aumentar la visibilidad. Parece claro que las soluciones aplicadas han sido insuficientes porque el número de accidentes en vez de disminuir se ha incrementado.

Resulta imprescindible la coordinación entre el Gobierno central, la Junta de Castilla y León y la Diputación, titulares de la red de carreteras que cruza la provincia, para que unifiquen las acciones y las extiendan a las vías, aunque sean locales, que cruzan por las zonas donde existe una mayor densidad de animales salvajes que, en general, coinciden con espacios protegidos.

Además de aplicar en todas las carreteras con alta siniestralidad el abanico de medidas que ya se han probado en la N-631, es necesario poner en servicio otras que han sido efectivas en diferentes lugares de España, como los catadióptricos disuasorios de fauna o las señales olorosas que cumplen la misma función y que en algunos lugares de la provincia de Soria han dado resultados positivos. Los expertos recomiendan, además, el establecimiento de pasos y el vallado de zonas con alta densidad de fauna.

El problema de la alta accidentalidad por animales en Zamora es tan serio que hay que aplicar todas las medidas posibles para conseguir reducirla, sin descartar tampoco el control de censos en algunas zonas concretas. La fauna salvaje supone una riqueza singular que esta provincia no puede desaprovechar. Pero hay que minimizar sus daños en todos los ámbitos, el principal el humano, pero también el económico. Para eso las administraciones tienen que buscar soluciones y lo han de hacer conjuntamente. El programa específico resultante tiene que aplicarse en todas las carreteras donde existe peligro.