El laicismo más agresivo y el anticlericalismo más radical se han adueñado de Valencia, de la mano de Joan Ribó, el nuevo alcalde de la ciudad y líder de Compromís. Este señor, que gobierna gracias al Partido Socialista, algo que cuesta digerir dada la deriva de estos grupos como cuesta digerir la sumisión de un partido con la trayectoria y la categoría del PSOE, no se ha conformado con suprimir la celebración de la misa en la fiesta de la Policía Local que para eso es suya y ejerce de propietario, Ribó y Compromís, con el beneplácito de un Partido Socialista descafeinado, con la clara intención de eliminar los símbolos religiosos del ámbito público, ha llevado al consistorio a impedir que monseñor Cañizares, arzobispo de Valencia, celebrase la tradicional misa del Día de los Difuntos en el cementerio municipal. Algo que por mucho que haya habido freno y marcha atrás, ahí está para futuras ocasiones.

Y no solo eso, esta gente ha ordenado retirar los crucifijos del tanatorio municipal, quitado las imágenes de la patrona, la Virgen de los Desamparados y no sé cuántas tropelías más, con lo cual atentan directamente contra las raíces cristianas de este pedazo de Europa que es España. Estoy convencida de que gente como Ribó van a dar mucha guerra a la Iglesia Católica y sin embargo estoy segura de que facilitarán las cosas para la construcción de mezquitas y otro tipo de templos de cualquier religión, por minoritaria que sea, con tal de demostrar su odio, su animadversión, y su ojeriza no exenta de un revanchismo inentendible, a la Iglesia Católica y a los que profesamos el catolicismo que en esta España aconfesional somos mayoría. Mal que les pese.

Gente como el tal Ribó no han caído en la cuenta de que España es aconfesional, no laica. Pero ahora se les ha metido en la chola que España debe copiar del modelo francés y hacerse tal cual. Ni personalidad tienen que andan al rebufo de los demás porque en realidad no saben ni lo que hacen. El caso es buscar notoriedad a golpe de decretos por torticeros que sean. No me cabe la menor duda que esta gente, si los ponen a elegir, pediría antes la abolición de la mantilla española, si su uso es para procesiones, que el burka. Estoy viendo tantos despropósitos, tantos desatinos y tantas insensateces que ya casi nada me pilla por sorpresa. Y el Psoe tragando, que es lo que joroba. Porque luego hablas con ellos y no comparten de la misa la media, no sé si tanto a título individual como colectivo.

No se puede llegar y por las mismas poner la tricolor como salvapantallas en todos los ordenadores. Porque, a ver, esa no es la bandera constitucional. Por las mismas, habrá que echarle bemoles y denunciar. Solo que quienes pueden y deben denunciar se han replegado en sus ya tradicionales complejos y ahí se las dan todas.