Por pedir que no quede, siempre se ha dicho, y bien cierto es, aunque contra el vicio de pedir, igualmente, exista la virtud de no dar, y ya se sabe que la personas con poder suelen ser virtuosos. Pero también son incontables y muy importantes las muestras individuales y colectivas de respuestas generosas a las peticiones y de ello pueden dar fe y la dan tantas ONG como funcionan hoy día.

Pero como hay gente para todo, y muy especialmente en Internet, donde pululan verdaderos emprendedores de todo tipo y condición, alguien pensó que esto de las reivindicaciones humanas, sociales, cívicas, y demás, estarían mejor, serían más sólidas, y podrían adquirir unos resultados más eficaces si eran coordinadas y debidamente gestionadas en favor de intereses comunes.

Así nació hacer siete años change.org, una web de éxito, aunque no sea exactamente la única que trabaja en esta área, y a la que llegan cada día procedentes de todo el mundo -y que se cuentan en ocasiones por miles y hasta millones- peticiones infinitas y sin límites de todo género, muchas veces relacionas con asuntos de actualidad, y muchas más con cantidad de temas surrealistas y hasta disparatados.

El caso es que la citada página de Internet se ha convertido en la canalizadora de deseos, quejas, sugerencias colectivas que suelen ir creciendo en apoyos a medida que pasa el tiempo. Su triunfo más resonante, o así lo consideran los propietarios de la ya próspera empresa norteamericana fue su presencia masiva en las redes sociales uniendo a millones de personas a favor de Obama, pero han estado presentes en acontecimientos de todo el mundo desde China a la misma España, donde jugó un importante papel en unificar el espíritu del 15-M del que luego nacería Podemos.

De modo que si es verdad que algunas veces las peticiones recibidas no van más allá de las anécdotas, como esos cinco mil firmantes que piden el cese de Mariló Montero en TVE por su elogio al Toro de la Vega, asunto que ha copado la actualidad de la web en las últimas fechas, también se dan cita en la página asuntos de evidente interés humano, que de hecho han servido para recordar a la sociedad algunos derechos a los que parece no prestarse suficiente atención pese a contar con leyes al respecto.

Es lo que ocurre, por ejemplo, cada comienzo de curso con el viejo problema de las novatadas y el acoso en los centros escolares, que en algunos casos, pueden revestir una intolerable crueldad. Parece que en España se ha conseguido rebajar el listón en este sentido, porque existen normas que a ello obligan, pero sin desaparecer del todo, lo que hace que en esta época se produzcan denuncias referidas sobre todo a abusos en universidades y colegios mayores, hasta el punto de que el tema ha llegado al Senado, aunque en la reforma reciente del Código Penal se incluyen medidas enérgicas al respecto.

Los usuarios están satisfechos con esta vía abierta a sus reivindicaciones, aunque a la postre sirva para poco o para nada, y de ello acusan algunos a sus gestores. Una de las peticiones a las que hubo más adhesiones era la que pedía la clausura de la propia web. Pero está bien y presta un buen servicio.