Ha llegado hasta nosotros un libro nuevo con un título que nos traslada en unos instantes a esa época tan lejana como gloriosa a través de su título, "De Profundis", y en el que nos encontramos con un magnífico recorrido a través de esa mítica geografía de la Sanabria eterna e inmortal de unos personajes en los que nos vamos adentrando poco a poco y página tras página en ese fondo misterioso, pero de una riqueza de valores que nos atrae y a la vez nos confunde hasta el punto de perdernos en él.

Nos lleva de la mano por esa geografía casi mítica, cargada de leyendas a la vez que nos va recordando, de manera delicada pero muy certera, esos topónimos que nos llevan a ese otro mundo lejano de las letras y de la propia historia y todo dentro del campo verdaderamente mágico del Lago, eterno testimonio de una historia que a pesar de sus oscuridades y sus nieblas sigue viva y llena de esperanzas.

Los personajes, magníficamente definidos y perfectamente caracterizados, son una auténtica antología de esa filosofía del mundo rural que guarda muchas veces auténticos tesoros de sabiduría.

Vocabulario y dichos cargados de esa enorme fuerza que llevan consigo, constituyendo en muchos casos auténticos filones de investigación.

Pero desde San Juan de la Cuesta, ese mirador natural, auténtico Espejo de Soledades como lo llamó don Miguel, un día en el año 59 lo vio cubrirse de las sombras del luto y del miedo. Nada ha escapado a la mirada aguda y certera de este avispado y fino crítico que nos envuelve en esa rica indumentaria de la lengua, auténtico documento.

"De Profundis" constituye un auténtico acierto, porque el mundo de la lengua, de esa lengua rica y generosa cuando se la encuentra llana y despejada, rica y reluciente, nos hace pensar que tampoco tiene fondo.