Me gusta hablar con la gente, en especial con los viejos como yo; es una manera de contrastar opiniones y aprender. Normalmente, los mayores acumulan un acervo de experiencias que por encima de los conocimientos, más o menos académicos de la persona, saben captar y distinguir las argucias mentirosas y maliciosas, de la realidad. El jueves, en la Mota Vieja, sentado en un banco, en la suave sombra de un arbolito, controlando a mis nietos mientras jugaban, otro abuelo, vigilando a una nieta, se sienta a mi lado con el indudable ánimo de establecer conversación, y enseguida nos contamos nuestras vidas; él, vive en Bilbao con una hija, pera la niña que vigila es hija de su hijo mayor que vive en Benavente; pronto aparecen y comparamos nuestros problemas comunes de pensión y situación política; él, está muy preocupado por un nieto mayorcito que tiene pájaros en la cabeza y habla de separatismo leonés. Este hombre, ve en el fanatismo de su nieto el principio de la locura asesina de la Eta, viene de Bilbao.

Yo, no soy historiador, pero, aunque deshicieron el Archivo de la Guerra Civil de Salamanca, Simancas, todavía mantiene los secretos de la historia medieval castellano-leonesa. Por eso le cuento mi historia desde lo que estimo que conozco, y, sobre todo, insisto en asegurarle que la historia son documentos o no hay historia, hay historietas. Establecido un principio de simpatía que entiendo recíproco, cuento mi versión: mi estimado amigo, no soy letrado, pero según mis datos todo se cuenta mal, porque san Fernando, no heredó a su padre. Su padre Alfonso IX, el rey zamorano, complicó la regencia de su exesposa y madre del rey niño, Fernando; fue tan malo con él, en su aspiración a gobernar Castilla, que a pesar de ser su hijo mayor varón, lo desheredó. León, lo heredaron sus hermanas mayores portuguesas. Sin embargo, en Benavente (diciembre de 1230) el rey castellano Fernando III, nieto de Fernando II e hijo de Alfonso IX, compró el Reino de León a sus hermanas herederas. El Reino de León, solo llegó a unos 270 años de historia como tal Reino de León. Por acuerdos del rey Fernando, León, en la Concordia de Benavente, durante un tiempo, mantuvo Cortes distintas a Castilla. Fue el momento más grande de la Historia de España, y esta Mota de Benavente, el lugar elegido por Fernando III de Castilla, para conseguir León. Yo no viviré para rememorar la efeméride, aunque espero que los cuatro tontos de siempre, no lo estropeen como pasó otras veces.

Los UPL, usan de una argucia como historia fabulosa que no se atiene a los hechos reales y pretenden desvincular, después de cerca de 800 años, por razones enigmáticas de ciertos personajes, por intereses dudosos y cuentos que son historietas, León de Castilla.

Mi visión de aquel momento vaya en una espinela que dice:

Entre sotos de riveras,

en altozano de arcilla,

se compró un León, Castilla,

para agrandar sus banderas,

y de Taifas Musulmanas

se rompieron las barreras,

ganando tierras hermanas.

Benavente fue el lugar

para pactar y comprar

tan grandes fuerzas cristianas.

En aquel momento histórico se comprobó que la unión hace la fuerza: ¡Seamos uno!

Nuestro gran pintor y artista polifacético, un hombre que es un benaventano de lujo, José Carlos Guerra, tiene varios lienzos de dimensiones enormes dedicados a la Concordia de Benavente, que expresan el hecho de manera primorosa.