El Gobierno de España sigue empeñado en quitar de aquí y de allá, menos de donde debe, menos de donde estamos esperando impacientes todos los españoles. No incluyo la lista porque ocuparía todo el espacio y más o menos estamos todos de acuerdo, fundamentalmente, en lo que sobra. Sin embargo, ya ve, en una nueva vuelta de tuerca, ahora llegan los de Patrimonio y planean una nueva estrategia conjunta para ahorrar. Esa estrategia pasa ineludiblemente por llevar de la mano al paro a más trabajadores. Esta vez les toca a los de Paradores.

Porque el de Zamora funciona, si no apueste lo que quiera a que nos veríamos convertidos en carne de noticia y no precisamente agradable, como casi siempre pasa en esta ciudad y provincia. Porque la dirección de Paradores estudia el cierre definitivo de siete de los 94 establecimientos que forman la red y el cierre temporal de otros 27, que no es poco. A estas medidas, que llevan aparejados muchos despidos, hay que sumar el Ere presentado por la cadena para la extinción de 644 puestos de trabajo, casi el 14% de la plantilla. ¿Así es como piensan acabar con el paro? ¿Así es como piensan que España va a salir adelante? ¿Así es como quieren contribuir al progreso? ¿Así es como pretenden que el túnel tenga fin?

En España nos dicen que no hay dinero para nada o casi nada. Que la realidad es esta y no la que nos cuentan desde la UE. Sin embargo, la realidad, que es tozuda, muy tozuda, nos dice que mientras se nos intenta hacer creer que el modelo de Sanidad Pública es insostenible, el presidente de la Diputación de Barcelona cobra 14 pagas de 8.265 euros, es decir, 115.710 euros al año. Se nos dijo que ningún alcalde cobraría por encima de los 78.105 euros que cobra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y sin embargo Ana Botella cobra 101.987 euros; el alcalde de Barcelona, el nacionalista Xavier Trías cobra 109.939 euros y el socialista Juan Alberto Belloch, alcalde de Zaragoza también está por encima de los 100.000 euros. No me extraña que haya bofetadas para acceder a estos y otros cargos, resultan la mar de lucrativos.

Y, mientras, los paradores de Albacete, Manzanares (Ciudad Real), Ayamonte (Huelva), Ferrol, Puerto Lumbreras (Murcia), Teruel y Verín (Orense) pueden ser historia no tardando mucho. Y, luego, ¿qué harán con los edificios? ¿Se los venderán a un ruso mafioso o a un americano muchimillonario? Eso es lo de menos, porque lo de más, es que unos 1.500 trabajadores en total se irán a la calle. Claro que eso permitirá que ciertas nóminas crezcan, como por ejemplo las de los asesores. La Consejería de Presidencia de Castilla-La Mancha tiene 41.

No sé cómo andan las demás, pero si esa es la media habrá que empezar a cambiar el chip y realizar un máster en «asesoría política» dependiendo del grado ideológico, claro. Una está harta ya de tantas milongas sentimentales como le cuentan y le cantan. Y el caso es que no sé hasta qué punto interesa seguir haciéndose la longuis. Lo mismo creen que nos chupamos el dedo o que nos la dan con queso.