Hace más de diez días, haciendo gala de mis dotes de adivino, publiqué aquí mismo el resultado del «Congrueso» socialista. Ganaría Pérez. No hacía falta ser muy listo para saberlo. Era el aparato. Felipe es mucho Felipe.

Digo «Congrueso» y digo bien, porque lo que ocurrió fue muy gordo. Igual de gordo que si hubiera ganado Chacón, ya de nuevo Carme. Jamás los socialistas habían tenido aspirando al cargo de sheriff del condado a más perdedores por metro cuadrado. Cualquiera de los dos eran dignos representantes del socialismo que llevó a España a la ruina.

Yo creo que muchos hubieran preferido savia nueva. Y cuando digo nueva, no quiero decir savia de jovenzuelo. Savia nueva puede ser un señor de sesenta, como Pérez, que no se haya visto inmerso o protagonizado la mayor derrota socialista de la historia.

Quizás por ese complejo de derrotados, Pérez ha metido en sus listas a otros ilustres perdedores, como el eterno aspirante de Castilla y León, Óscar López. Si no son capaces, unos y otros, de tener un resultado digno en sus autonomías, cómo van a conmover las voluntades de los españoles.

Yo me enteré del resultado en el Mesón Sanabria. Asistía a las jornadas de caza para comer un par de huevos fritos. A cuatro metros, Mario Conde y a cinco, la cúpula de «El Gato al agua» de Intereconomía y otros ilustres periodistas de nuestra comunidad.

Todos, quizás por aquello de que nos ganamos la vida en esto, estaban pendientes de que saliera el gordo. Y hubo una falsa alarma. Dijeron que había ganado Carmen. Me dio un latigazo el cuerpo. No podía creerlo. No me interesaba creerlo. Me había jugado una comida a que ganaba Pérez. Al final se pusieron las cosas en su sitio.

Por cierto, qué tirón el de Mario Conde. El restaurante en pleno, lleno hasta los topes, deseoso de ponerse a su vera para quedar inmortalizado. Quizás algún día se lo puedan decir a sus nietos: yo estuve con él.

No es nada nuevo el impoluto don Mario por nuestros lares. Tiene una casa en Chaguazoso, un pueblecito al lado de Puebla de Sanabria. Dicen que en ella se encierra muchos fines de semana con su esposa, porque aquí, entre nuestros robles y castaños, encuentra la paz para escribir sus interminables y, por otra parte, interesantes libros.

Ya han comenzado las leyendas urbanas de Conde y su entorno. Que si participó activamente en la celebración de los Reyes Magos en el pueblo. Que si será rey la próxima Navidad. Que si las fiestas se hacen con una buena carga de su dinero?

Yo no sé si todo será cierto, pero que es generosos con su pueblo, sí he podido saberlo de segunda mano. En cualquier caso, en lo que a mí toca, bienvenido a nuestra tierra, que es la suya, porque sin duda que su nombre siempre concita interés. Para bien o para mal, en ningún caso es indiferente.

De momento, don Mario tiene más de treinta y cinco mil seguidores de su twitter. Solo que nos mencione una vez, habrá hecho más impactos que la arruinada sociedad de turismo zamorana en sus años de funcionamiento.

Yo creo que hay que tirar de todos los cabos del hilo que nos interesa. Y si el señor Conde se hace seguidor asiduo -aún más- de Sanabria, será una buena noticia para todos. Porque la nómina de famosos, que aportan publicidad gratuita, aumenta: Sergio Dalma, la mitad de los Morancos, Natalia Estrada, Isbert? y hasta el Príncipe, que nos eligió de niño para dejarnos tirados como colillas de grande.

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