La economía griega continua en recesión. Y eso ocurre a pesar de los 110.000 millones de euros y del severo plan de austeridad aplicado por el Gobierno heleno. Los líderes de la eurozona buscan conseguir un milagro: convertir el endeudamiento griego en sostenible, para terminar de sacar a la eurozona de la uvi. Ahora que han arrancado las raíces cristianas de Europa buscan un milagro. Pues tengo para mí que los milagros ya ni en Lourdes, ni en Fátima. Con la particularidad de que la Virgen de Fátima bastante tiene con no dejar caer a Portugal que lleva el mismo camino.

Los jefes de los ejecutivos de la eurozona han acordado un segundo rescate para la bella Hélade de Papandréu, esta vez por valor de 160.000 millones de euros. Sume y no se asuste. Tanta inversión, tanta vacuna para tratar de salvar la economía griega da que pensar. A ver si lo invierten todo en un país en quiebra y no dejan nada por si los demás países, y estoy pensando en España, necesitan una inyección de algo más que optimismo. Grecia, Irlanda, Portugal, dicen que también Italia, y puede que España, van a necesitar de Merkel y de Sarkozy que resultan ser los paganos de esta historia de despilfarro y quiebras más o menos controladas.

La generosidad, fundamentalmente de los dos grandes, tiene que llevar aparejados multitud de sacrificios en los países que están recibiendo la atención preferente de la Unión, en forma de millones de euros. Hay que recortar dentro y también hay que hacerlo fuera. Menos manga ancha con países a los que se acaba por condonar la deuda porque ni con su patrimonio tienen para responder. Y si no fijémonos en el país más poderoso del mundo. La austeridad que impone la crisis en las maltrechas arcas estadounidenses se ha convertido en un castigo para los países menos amigos o directamente enemigos de Estados Unidos. Los republicanos han metido la tijera y han cortado de raíz las ayudas que venían prestando a naciones como Venezuela, Bolivia, Argentina, Pakistán, Yemen, Egipto y Líbano. Con ello pretenden ahorrar al contribuyente la nada desdeñable cantidad de 6.400 millones de dólares que se habían convertido en verdaderos dolores de cabeza para los regidores yanquis.

Y ni les ha temblado el pulso ni les han dolido prendas. Lo digo porque en la eurozona hay mucho pazguatismo al respecto, empezando por España y su Gobierno. Una cosa es la ayuda humanitaria y otra muy distinta engordar a Gobiernos corruptos y para más inri también hostiles. La caridad bien entendida debe comenzar por uno mismo. Y España no está en estos momentos para caridades ni con el amigo Evo, ni con el compa Fidel o su hermano Raúl Castro, ni con la bestia parda de Hugo Chávez que cuando tiene que ejercer violencia verbal para con España y sus dirigentes, empezando por su Majestad el Rey don Juan Carlos, no se anda con rodeos.

Yo no sé si lo que está ocurriendo es un indicio claro de que la vieja Europa se hunde. Lo que si sé es que Europa vive un particular caos financiero que no presagia nada bueno. A pesar de haber acudido al rescate, la vía de agua abierta en Grecia puede hundir al resto de Europa. Lo peor de lo malo que ocurre es que la clase dirigente no aprenda de sus errores pasados y presentes, que son muchos.