Es que no lo dice Pepito Pérez, ni el agorero de turno, ni la oposición con ganas de que el actual Gobierno de España se vaya cual nave al garete. Lo dice el Banco de España que algo debe saber del tema. Ni luz en el túnel, como no sea la del camión que se nos viene encima, ni brotes verdes que valgan, como no sean los de ciertos frutales. Las cosas no están bien para cada vez mayor número de españoles. Y así no podemos continuar. No hay ni ilusión ni ganas y a veces creo que ni el coraje necesario en este país nuestro que, a diferencia de otros, parece no querer salir de la crisis, como si en aguas tan procelosas se encontrara a gustito.

Una mira hacia Portugal y cierra los ojos de inmediato por temor al efecto contagio. Lo tenemos tan cerquita. Quién nos dice a usted y a mí que estamos a salvo. Y mire que soy optimista por naturaleza. Pero es que por más que intento escudriñar con estos mis ojos cada vez más cansados de mirar sin ver, no logró ver más que calima en el horizonte. Y me empeño en la esperanza. Y me digo, mañana, el mañana más inmediato posible, será otro día. Pero es que el siguiente y el otro vuelven a ser iguales al anterior. Y, eso, no hay moral que lo resista.

Para más regodeo, preferimos que nuestros jóvenes valores, nuestros jóvenes emprendedores se vayan con viento fresco a Alemania, antes de proporcionarles, aquí y ahora, las herramientas necesarias, para emprender, para salir del bache, para devolverles la ilusión, para seguir haciendo camino al andar. Es como Zamora, se nos va quedando sumida en la nada. Nos venden desde la política logros que no acertamos ni a ver ni a disfrutar, pero ellos son felices así, vendiendo sus motos ya caducas y sin posibilidades. Qué bien nos vendría el espíritu que impregnó a tantos en la toma del cuartel Viriato. Solo que necesitamos hacerlo antes mejor que después. En Zamora siempre reaccionamos tarde y mal. Y cuando nos convocan desde la política, nunca desde los foros ciudadanos que son nuestros iguales.

Pinta francamente mal. España acabó 2010 con 4,7 millones de desempleados y en algunos momentos de este año rondará o superará los cinco millones. Sin embargo el interés del Gobierno sigue centrado en Europa, en la guerra de Libia, en la alianza de civilizaciones, en subirnos los recibos de la luz y otras facturas, y en los bancos y cajas que parten y reparten, entre ellos mismos, claro. Porque hoy ya no se da y cuando se hace te lo cobran bien cobrado. Y los del desahucio, sin techo bajo el que guarecerse y la banca convertida en la gran empresa inmobiliaria que en la actualidad es. Cuántos despropósitos. Que mal está todo y qué cuesta arriba nos han puesto la vida entre unos y otros.

Las expectativas no pueden ser peores. No sé si el Gobierno se columpia, pero el Banco de España lo ha dejado bien claro. Llegaremos a los cinco millones de desempleados. Sin comentarios.