Uvas, asnales, pisada y primer mosto, se volvieron palabras en boca de Carmen Ferreras en el olimpo de las Arribes del Duero. Una "pinta" para dioses y paladares refinados. Más que pinta, si creemos estar bien, y- como dice Mayalde en su repertorio- la burra está atendida, aquí en Sayago, se convierte en trago. Y así no es de extrañar que las miserias de la tierra fueran más llevaderas y se obraran en ella maravillas para recoger sandías, pimientos, grano para el pan y las rosquillas, alguna manzana, buenos pollos, guindillas… Una ofrenda de sudor al cielo que este fin de semana ha tenido dos grandes promotores y mantenedores en Villar del Buey, los vinos de la D. O. Arribes y la Asociación de Mujeres Santa Marina. Si los primeros apuestan porque las raíces de las cepas liben el granito descompuesto, las segundas quieren seguir anclándolas en la tradición. Unos y otras con la mirada, las ilusiones y la esperanza puesta en el futuro.