Sigue el revuelo con el tema de las devoluciones que las administraciones locales se ven obligadas a efectuar al Estado, y en Zamora a las ponderadas declaraciones del presidente provincial del PP y de la Diputación, se ha sumado la reacción de la alcaldesa de la capital que exige a Zapatero una financiación estable que evite la ruina de los ayuntamientos.

Algo que sin duda se va a conseguir a través de la Federación Española de Municipios y Provincias que reúne regidores municipales de todos los partidos. Como quiera que todos se ven afectados por esta cuestión que ahora plantea el Gobierno, se logrará una fórmula que no penalice más ahora mismo a unas Corporaciones en números rojos y que el año próximo ni siquiera podrán acudir a los créditos, su recurso favorito y la mar de cómodo pues el que venga atrás que arree.

Pero de la situación de ruina de las instituciones los culpables son quienes las gestionan y quienes las han gestionado con anterioridad. Gente que tantas veces no está preparada para tan ardua labor. Porque gestionar un ayuntamiento, por ejemplo, es algo más que salir en las fotos. Es tener las ideas claras en torno a un programa político, sin mezclar churras con merinas, atendiendo las prioridades establecidas y administrando los fondos públicos con rigor y austeridad, mucha austeridad y no solo en estos tiempos de crisis, sino siempre, que es justo lo que no se ha hecho.

La ruina de los ayuntamientos viene dada por los sueldos que cobran sus regidores y los muchos concejales de innecesaria dedicación plena, por los fastos del protocolo, y por la asunción de funciones que no les competen directamente pero que cultivan con claros intereses electoralistas y clientelistas. Lo de siempre: alegría, alegría, que lo paga el pueblo. Y ahora, cuando las deudas aumentan, aunque ya se saben quienes las pagarán al final, los de siempre, se arremete contra Zapatero, que lo está haciendo mal todo o casi todo pero que no tiene culpa de la situación de los municipios.

La guinda de las declaraciones de la alcaldesa de Zamora la ha puesto el hecho de decir que tardó dos minutos en invertir el millón de euros que ahora reclama el Gobierno. Nadie lo diría viendo cómo están las cosas por la capital. Pero ya han salido los grupos de la oposición a replicarla y desde el PSOE se afirma que se han gastado un dinero que no era suyo y que además se lo han gastado mal, en pagar coches de alquiler, dietas, o gastos corrientes, sin generar empleo en ningún caso. En IU aseguran que la crisis de las instituciones no han hecho más que empezar y que hay que ahorrar mucho más, reduciendo los sueldos de los políticos, el número de liberados, el personal de confianza, los coches oficiales y los fondos que se distribuyen a los partidos. Para la coalición de izquierdas, lo que no se puede admitir es que las instituciones salgan ahora, en plena crisis, a defender su modus vivendi, la buena vida.

Que viene a ser lo que opina la gente de la calle. Auditorías profundas y reformas radicales en la administración local, que no puede funcionar como hasta ahora, con tan deplorables resultados.