El Instituto Nacional de Estadística (INE) publica cada trimestre los últimos datos de desempleo de la Encuesta de Población Activa (EPA). Estos números suelen ser diferentes a los que refleja el otro gran indicador del empleo en España, el paro registrado en las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), antiguo INEM.

¿Por qué esta enorme diferencia?

Diferentes medidas, distintas metodologías

La razón principal es que aunque ambas registran datos sobre el empleo de nuestro país, miden cosas distintas y utilizando métodos diferentes. Empezamos con la EPA, que no deja de ser un muestreo. Como no se puede preguntar a toda la población cual es su situación laboral, lo que se realiza es una encuesta telefónica a 60.000 familias, con lo que se consigue un resultado muy rico en datos, ya que proporciona población activa, ocupada e información actualmente muy valiosa como cuántos miembros de una misma familia están desempleados. Para analizar estos datos, se considera como población desempleada todas las personas de entre 16 y 74 años, que cumplan dos requisitos. El primero, que no tengan empleo ni por cuenta ajena ni propia (autónomos) en la semana anterior de la encuesta, pero también que lleven al menos desde las 4 semanas anteriores buscando trabajo y que puedan aceptar cualquier oferta laboral en las siguientes 2 semanas.