El MMT Seguros volvió a dejar claro que, con el esfuerzo, los "Guerreros de Viriato" no escatiman y que esa es la clave de su éxito. De sus hazañas, esas que pueden terminar mañana con un regreso a la Liga Asobal gracias a una victoria ayer sobre el BM Torrelavega (28-25) en un partido durísimo jugado bajo un intenso claro en Palma del Río.

El Pandero, un horno, recibió al grito de "Putos zamoranos" a la expedición de García Valiente. Pero ellos solo tenían ojos y oídos para los zamoranos presentes en las gradas. Y esas fueron las palabras que le impulsaron durante un encuentro en el que brilló durante el primer acto y supo sufrir lo indecible tras el descanso para superar la semifinal del play-off y poder retar mañana al anfitrión.

Apurando el pasivo, Octavio abrió el marcador cuando había pasado el primer minuto de juego. Las gradas se dejaban oir y ambos equipos trataban de afinar su juego, con mejores sensaciones en un MMT Seguros sacando fruto de su juego posicional con un nuevo gol de Guille (2-0).

El inicio de los zamoranos había sido excelente pero no consiguió materializar todas sus ocasiones en los primeros cinco minutos, tiempo que tardó BM Torrelavega en forzar la primera exclusión del partido señalada sobre Mouriño y hacer pasar al cuadro de Viriato por su primera gran dificultad. Apuro que salvó con un cañonazo de Jortos y una nueva penetración de Guille para mantenerse por delante en el luminoso tras esos minutos (4-2, m. 10).

Con seis ya en pista, el MMT se afanó en defender la potente primera línea enemiga y evitar que su adversario pudiera montar su férrea línea defensiva. No pudo encadenar contragolpes pero si llevar el ritmo y aumentar su ventaja con dos tantos desde los extremos de Ceballos y Cangiani, aunque Torrelavega peleaba por mantenerse a base de largas posesiones y lanzamiento exterior.

Llegó entonces la primera superioridad para los de García Valiente. El reloj se acercaba al ecuador del primer acto y los zamoranos mandaban de tres. La oportunidad no la desaprovechó el equipo pistacho, que con un vuelo de Fafa y un latigazo de Octavio forzaba el primer tiempo del partido solicitado por su adversario (8-3, m. 14).

Del asueto regresó BM Torrelavega con todos sus efectivos pero los "Guerreros de Viriato" siguieron a lo suyo pues, aunque los cántabros recortaran distancias gracias a la exclusión de Abalós, allí estaba Jortos, Leo Maciel (con doble parada, una a un siete metros) y un Octavio que con el gol de la jornada (un caderazo a la escuadra) permitían llegar a los zamoranos con una buena renta al tramo final de la primera mitad (11-4, m. 20).

El periodo anterior al descanso, sin embargo, no fue tan bueno para el MMT Seguros. Una exclusión Adrián Prieto mermó mucho la capacidad de un ataque ya algo falto de oxígeno en el caluroso "El Pandero" y facilitó que BM Torrelavega dejara de estar reñido con el gol.

Las dificulades no paraban de crecer, como quedaba claro tras la segunda exclusión de Abalós que le condicionaría para el resto del encuentro. Pero, pese a ello, nadie en el cuadro de Viriato tiraba la toalla y los hombres de refresco demostraban su valía tirando del carro. Peli, Adrián y, en menor medida, el joven Maíde daban aire a un equipo sustentado por un Maciel colosal. El argentino no solo detuvo varios penaltis, también abortó algún que otro tiro franco para que el tiempo muerto de García Valiente a tres minutos del parón se produjera con 15-9 en el luminoso. Marcador que reflejó un 16-11 favorable a los zamoranos tras un poco de desconcierto en los últimos segundos con dos ataques fallidos por parte de los ayer "celestes".

Con parada de Maciel y posterior gol cántabro a la contra se abrió la segunda mitad. Un periodo cuyos primeros minutos transcurrieron con un intercambio de goles en el que tardó ocho minutos en coger la delantera el equipo zamorano (20-14, m. 40). Porque pese a las grandes intervenciones de "la persiana metálica" para parar al rival, el equipo ya no estaba tan entonado de cara a gol como en la primera parte.

El cansancio comenzaba a hacer mella y el MMT Seguros se veía sometido a un nuevo sobreesfuerzo. La cuarta exclusión, esta vez sobre Jortos, volvía a poner cuesta arriba el partido a un cuadro zamorano. Por fortuna, llegó el gol del infalible. Mouriño anotaba a pase de Iriarte y con el 21-15 se detenía el partido para un breve tiempo muerto a falta de 16 minutos y medio del bocinazo final.

BM Torrelavega echó el resto en el último cuarto de hora. Obligó al MMT Seguros a sudar un rato más en el infierno de "El Pandero", donde volvía a quedarse con uno menos (esta vez por dos minutos señalados a Iriarte) y seguía peleado con el gol. Además, para colmo de males, los árbitros excluían a Maciel por entrar en la pista demasiado pronto cuando su equipo jugaba de siete.

Iban a ser los dos minutos más difíciles de todo el encuentro para el cuadro de Viriato pero allí estaba Posado, con una increíble intervención, y Octavio, colgándose del techo para en un amago antológico dejar atrás a tres zagueros y mantener la renta antes de los diez minutos decisivos de la semifinal (23-18, m. 50).

Diez minutos que, de nuevo, empezaron con el MMT Seguros con uno menos en pista (ahora era Cangiani el excluido). Los zamoranos, exhaustos, trataron de resistir y seguir liderando con holgura el electrónico pero, al final, tantos minutos en inferioridad acabaron por llevar a una resolución igualada (24-20, m. 55).

BM Torrelavega no cejaba en su empeño y hacía sufrir hasta el final a los cerca de setenta zamoranos desplazados a Palma. Especiamente porque la diferencia, con una defensa a toda la cancha de los cántabros, no paraba de menguar (26-23, m. 57). Y, como siempre, el MMT con uno menos (de nuevo Adrián Prieto).

Dos minutos y tres goles por delante, todos los hombres marcados pero Octavio encuentra a Cangiani, que en un vuelo de los suyos en una tarde memorable para él, certificaba el pase a la final. De poco sirvió ya que Torrelavega recortara diferencias porque el tanto del argentino y la parada a falta de diez segundos de Maciel, ponían en la final al MMT. Un equipo al que la fe le lleva a plantar cara en los infiernos, a resistir a las dificultades, a pelear por la gloria.