Larga y tediosa mañana la que pasaron en el día de ayer varios directivos y exdirectivos del Zamora Club de Fútbol junto al ex secretario técnico de la entidad rojiblanca Alberto Parras en los Juzgados de Zamora. Ayer tenía lugar en la Sala Número 2 de lo Social el juicio correspondiente a las demandas interpuestas por Parras al club tras su despido en el pasado mes de enero (concretamente el día 24 de dicho mes).

Fue una de esas mañanas que ambas partes considerarían para el olvido, ya que se alargó más la tensa espera anterior al juicio que el proceso en sí. De hecho, durante las dos horas previas al litigio en las que por los pasillos del edificio de la calle del Riego se habló, y mucho, de fútbol.

Con la puntual presencia tanto por la parte del Zamora Club de Fútbol, personificada en el presidente Isaac Macías y el vicepresidente Luis Martín de Uña, a la par abogado de la entidad demandada, y de Alberto Parras y su representante legal, así como de varios de los testigos citados a declarar, la actualidad del club rojiblanco tomó las conversaciones del Juzgado Número 2 de lo Social.

Unos y otros mataron el tiempo comentando su impresión sobre el duelo ante el Salamanca, las acciones polémicas y las posibilidades que tiene el bloque de Aguirre para salvarse tras el punto cosechado en la vecina ciudad charra.

Lógicamente, en todo este tiempo, ni el demandante ni los directivos de la entidad demandada compartieron espacio físico hasta que se inició el juicio. Un proceso judicial que al que se llegaba tras no haberse alcanzado acuerdo alguno en el acto de conciliación previo y que constó, como estaba previsto, de tres querellas que se desarrollaron de manera conjunta con intención de dar mayor celeridad y favorecer el desarrollo de las mismas: la primera en la que se denunciaba la sanción interpuesta por el Zamora Club de Fútbol a Alberto Parras días antes de su salida del club; una segunda versada en su despido de la entidad y la objetividad del mismo, y otra tercera y última en la que se reclamaba la remuneración a percibir por el pucelano tras el fin de su relación con la entidad. Una finalización de contrato cuya validez a día de hoy dictaminará el veredicto del juez ya que el ex secretario deportivo ha solicitado que su despido sea calificado como improcedente.

La exposición y defensa de las causas ante el juez duró cerca de una hora y media en la que, como nota relevante, cabe destacar que su señoría no diera lugar a la intervención de los testigos presentes para la última de las causas, cuyo testimonio no fue admitido como prueba.

A la salida, unos y otros parecían tranquilos y liberados tras lo expuesto en el juzgado pero solo la sentencia, que se dará a conocer en un plazo máximo de dos o tres semanas, hará que este pleito (con tres causas implícitas) sea satisfactorio para unos u otros pues está ya, visto para sentencia.