Nadie se pudo imaginar que una especie invasora procedente de aguas cálidas y turbias del continente americano se aclimatará a las aguas frías y limpias del Lago de Sanabria. La gambusia (Gambusia holbrooki) es una especie incluida entre las especies exóticas invasoras catalogada en la Cuenca de Duero, detectada en el Lago.

Las bajas temperaturas que se registran en invierno contribuyen a reducir su actividad y su área de expansión es, por tanto, un buen momento para conseguir su descaste mediante las pesca de todos los ejemplares, localizados en puntos muy concretos, como señaló el investigador de la Universidad de Salamanca, Javier Morales. Una intervención radical permite en estos momentos erradicar esta plaga en sus primeros estadios y preservar una de las especies endémicas del Lago, la lamprehuela, catalogada en peligro de extinción desde el años 2011, datos que maneja el biólogo Morales.

Su control depende en estos momentos de que la Junta de Castilla y León facilite el permiso, ya solicitado, para proceder a su pesca. Como especie invasora, cualquier pescador en la época hábil tiene la obligación de capturar los ejemplares. En el último año se han detectado ejemplares machos y hembras adultos en diferentes fases y alevines, un claro indicativo de que se están reproducción. Es una especie ovovivípara, la hembra no pone huevos sino que los incuba en su interior. En el Lago se han detectado en un mismo muestreo hasta ejemplares en tres periodos de maduración diferentes, lo que puede indicar para los expertos que una misma hembra puede efectuar hasta tres puestas.

Esta especie procede de la Florida americana y se trajo a la Península Ibérica, a principios del siglo XX, de la mano de un médico extremeño para combatir el tifus. Poco a poco su expansión se generalizó para combatir una enfermedad, con la creencia de que se alimentaba de las larvas del mosquito trasmisor. Los estudios científicos han demostrado que no se alimenta de dichas larvas, al contrario, hay épocas en las que se alimenta de huevos de otros peces.

En la década de los 40 llegó a las charcas de Sayago y de ahí se fue extendiendo por el Duero y el Órbigo. Su introducción lejos de ser casual ha sido intencionada, ya que estas especies invasoras no acostumbran a remontar los cauces, y menos si están cortados por los embalses, como es el caso del Tera.

La gambusia, además de alimentarse en determinados periodos de la freza de otras especies, desplaza a las especies autóctonas por la fuerte territorialidad de los machos que echan no solo a otras especies de peces, sino a todo tipo de larvas y renacuajos.